Desde 2014, las corridas de toros en Portugal han disminuido un 25%, pasando de 221 a 166. Remontándonos hasta 2003, año en que tuvieron lugar 345, la reducción es del 52%.
La Inspección General de Actividades Culturales Portugal (IGAC) ha revelado en el último Informe de Actividades Taurinas que el año pasado hubo en el país menos corridas de toros que nunca, a excepción de los años de pandemia.
Las restricciones sanitarias provocadas por el Covid-19 limitaron en 2020 y 2021 las corridas de toros a 42 y 112, respectivamente. En 2022, las plazas volvieron a hospedar este espectáculo de maltrato animal 175 veces, sólo una más que en 2019.
De las 166 corridas llevadas a término en 2023, la IGAC hizo inspecciones en 22 de ellas. Según el informe, las auditorías “dieron lugar a ocho avisos de advertencia por irregularidades en el cumplimiento del Reglamento de Espectáculos Taurinos, del régimen de funcionamiento de los espectáculos de carácter artístico y del régimen jurídico del Libro de Reclamaciones”.
Ante esto, la plataforma antitaurina Basta de Touradas exige que al menos “la IGAC sea más rigurosa en la inspección de las condiciones de seguridad de las plazas de toros, garantizando el cumplimiento de las normas de bienestar animal”.
El colectivo asegura que la actividad taurina en Portugal se mantiene gracias a subvenciones públicas, que en 2023 rondaron los 19 millones de euros. Esto sin contar los fondos destinados a la cría de toros y caballos en ganaderías de lidia.
Por su parte, el sector taurino portugués asegura que el declive se debe a cancelaciones causadas por el clima, que habría afectado a otras 16 corridas aprobadas.
Atendiendo a la distribución geográfica, Vila Franca de Xira fue donde se celebraron más espectáculos taurinos – 12 de los 166 espectáculos tuvieron lugar en este municipio. Le siguen Moura, Alcochete, Moita y Évora. El 55% de todos los espectáculos taurinos se celebraron en la región del Alentejo.
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