SIDNEY.- Australia anunció el viernes que la próxima semana iniciará una acción legal para que Japón cese la matanza de cientos de ballenas por año alegando motivos científicos, lo que provocó la inmediata reacción de Tokio.
Fuentes oficiales australianas anunciaron que presentarán documentos ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya "la próxima semana", dejando de lado la diplomacia después de reiteradas amenazas de pleito.
"Queremos que termine la matanza de ballenas en nombre de la ciencia en el Océano Austral", dijo el ministro de Protección del Medio Ambiente Peter Garrett.
Reaccionando a la decisión australiana, el ministro japonés de Pesca, Hirotaka Akamatsu, calificó dicho anuncio de "muy decepcionante", y agregó que las "investigaciones" de Japón fueron aprobadas según las normas de una moratoria internacional sobre la caza comercial de ballenas.
El ministro australiano de Relaciones Exteriores, Stephen Smith, explicó que su gobierno no logró encontrar una solución diplomática a este problema, a pesar de las discusiones en la Comisión Ballenera Internacional (IWC, según su nombre en inglés).
"El gobierno australiano no tomó esta decisión a la ligera", puntualizó. Smith desmintió sin embargo que esa acción pudiera afectar las relaciones con Japón, uno de los principales interlocutores comerciales de Australia.
La posición de Canberra en este terreno se hizo más agresiva en los últimos meses, y advirtió a Japón que la diplomacia "podría llegar a su fin este año", al tiempo que presentaba un plan para terminar con la controversia.
Japón defendió la legalidad de su programa y calificó de "muy lamentable" el intento australiano de abolir la llamada "caza científica de ballenas" y poner fin a a esta actividad en el Océano Austral en cinco años.
El mes pasado, la IWC adoptó un compromiso proponiendo que se permita la caza de ballenas a Japón, Islandia y Noruega con el compromiso de que la diminuirán "significativamente" en diez años.
Australia se opuso firmemente a este compromiso, que fija en 410 el número de ballenas que serán cazadas en la próxima temporada -después de 500 este año- y en 205 en la temporada 2015-2016.
Nueva Zelanda también afirmó que estaba examinando una acción contra Japón en la CIJ, y su ministro de Relaciones Exteriores, Murray McCully, anunció una decisión al respecto "en las próximas semanas".
Ambos países se han opuesto enérgicamente a la actividad ballenera de Japón, que ese país lleva a cabo gracias a una laguna jurídica en la moratoria internacional de 1986 que permite la cacería con fines "científicos".
En este contexto, esta semana comenzó en Tokio el proceso contra el neozelandés Pete Bethune, acusado de abordar un ballenero como represalia por el hundimiento de una lancha ultramoderna de la organización ecologista Sea Shepherd Conservation Society, luego de ser embestida por el navío japonés.
Bethune, de 45 años, fue capturado por los balleneros y entregado en Japón a los guardacostas que lo acusaron de obstaculizar una actividad comercial, violación y destrucción de propiedad privada, posesión de armas y asalto.
El veredicto podría ser pronunciado en junio y Bethune es pasible de una condena de hasta 15 años de cárcel. La próxima reunión de la Comisión Ballenera Internacional está prevista para junio en Marruecos.
Desde AnimaNaturalis apoyamos la decisión del gobierno de Australia. No podemos permitir que se levante la moratoria para la caza de ballenas, ni mucho menos que no se acate la mayoría que decide "No más caza de ballenas". Exigimos que esa mayoría se vea plasmada en el seno de la Comisión Ballenera Internacional.
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