Bahía, Brasil. Un jeque petrolero de Qatar, propietario de 66 de los 71 papagayos azules registrados en el mundo, y el gobierno de Brasil llegaron a un acuerdo para definir el cronograma para la liberación del ave en su hábitat, en el interior del estado de Bahía.
La realidad supera a la ficción
Blu, el guacamayo de Spix protagonista de la película Rio, es mostrado como el último macho de su especie y busca, con mucha gracia y sin saberlo, a su pareja para evitar la extinción total.
En la vida real, ocurre algo parecido: conocida hace unos 150 años, la especie fue vista por última vez en 2000 en el norte del estado de Bahía, luego de décadas de tráfico ilegal de las aves, a tal punto que la mayoría de ellas llegó al otro lado del mundo, al coleccionador y criador de estas aves, el jeque Saoud Bin Mohammed Bin Li Al Thano.
El qatarí dirige la asociación Al Wabra, que tiene un plan para retornar a un conjunto de estas aves a su hábitat natural, en acuerdo con el Instituco Chico Mendes, órgano del gobierno federal.
Por obra y gracia de la mafia
“Necesitamos una población mínima y para llegar a ella es necesario cinco años”, dijo el coordinador general de Especies Amenazadas del Instituto Chico Mendes, Ugo Vercillo.
En los años ochenta, estas aves azules vivían en el bioma “caatinga” del norte de Bahía, y desaparecieron por obra de una mafia que actuaba varios pasos por delante de la fiscalización gubernamental del Instituto de Medio Ambiente (IBAMA.
El millonario qatarí compró especies a vendedores de Suiza o Filipinas y es visto con desconfianza por los ambientalistas, aunque el jeque es el único que tiene la gran llave para continuar la especie.
“El jeque es la única esperanza concreta. Es algo raro, porque es como si un jefe narco de una favela fuera el único capaz de terminar con la violencia causada por el narcotráfico”, dijo el biólogo Francisco Pontual sobre el ave, cuyo nombre científico es Cyanopsitta spixii.
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