Hubo un día en que abrí mis ojos. Un día en que gracias a la publicación de una asociación animalista que se coló por mi tablón de novedades de Facebook, pude ver la verdadera realidad del sufrimiento que se esconde tras la industria cárnica, peletera, láctea y ese largo e injusto etcétera que las marcas, televisiones y profesionales del mundo de la moda, la salud y alimentación han conseguido disfrazar en forma de beneficios y necesidades para el ser humano desde siempre.
Ese día y ante el tremendo impacto que tales imágenes provocaron en mi, hice un pacto conmigo misma. El pacto de respetar y actuar ética y conscientemente antes de adquirir o consumir cualquier producto o servicio. Simple y sencillo. Solo pensar y preguntarme unos instantes antes de “participar en la cadena”.
“¡Esto tiene que terminar!”, decía para mi misma. “¡Esto tiene que salir a la luz!”.
No quería, ni estaba dispuesta, a seguir haciendo oídos sordos refugiada en pobres y estúpidos argumentos tradicionales como ese tan mencionado “para que unos podamos vivir, otros tienen que morir” a los que la sociedad sigue aferrada para justificar como necesidad vitalque miles y millones de animales sigan muriendo cada día a nuestro antojo.
Gracias a aquella publicación de Facebook, hoy siento una profunda conexión con mis hermanos los animales y estoy dispuesta a todo por ayudarles. Me siento despierta, humana y feliz actuando por ellos así me sentiré siempre que de una u otra forma, pueda contribuir al despertar de muchas de las almas dormidas que actualmente forman parte de la sociedad.
Protestando semidesnuda por ellos
Según la definición de la RAE, la “empatía” es aquel sentimiento o capacitación para identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. Para mi, además de eso, la empatía es el alimento de la esperanza y la fe que poseo en que algún todos despertaremos y el principal motivo por el que aquella mañana del martes 26 de Agosto, decidí colaborar como una de las caras más visibles en la protesta organizada por AnimaNaturalis en contra del uso de la piel animal en la industria peletera. Ni la vergüenza, ni el calor, ni la sangre, ni la suciedad o dureza del suelo, serían lo relevantemente incómodas como para pensármelo dos veces.
Esta experiencia me ha permitido, junto con mis compañeros, ser la voz de los millones de animales que cada año son asesinados y torturados para nutrir la industria peletera. Animales y seres inocentes que no pueden defenderse de modo alguno y sin duda necesitan nuestra ayuda. A través de este acto, queríamos concienciar a la sociedad y permitirles empatizar con el sufrimiento de estos animales y espero que así lo hayamos logrado.
Un día yo abrí mis ojos gracias a la información que una asociación animalista mostró ante mi y creo firmemente que a través de este tipo de actos, muchos de los que aún andan “cegados” podrán despertar como un día lo hice yo. Esta es la primera de muchas y estoy dispuesta a participar en todo tipo de acciones. Los animales lo merecen todo y se lo debemos, pues creo que de un modo u otro, todos somos responsables de esto y todos debemos aportar nuestro granito de arena en pos de un mundo mejor y más justo.
Aprovecho mi testimonio para agradecer a todas las entidades animalistas su labor así como para animar a todas las personas que se sientan identificadas conmigo y sientan la necesidad de actuar y hacer algo por nuestros hermanos los animales, contacten conAnimaNaturalis o cualquier otra de las asociaciones que actúan en España y simplemente, den el paso. Hoy día y gracias a las múltiples herramientas de comunicación de las que disponemos como los grupos de WhatsApp, páginas y eventos de Facebook es realmente fácil estar al tanto de las acciones y participar.
Tenemos mucho trabajo que hacer.
Necesitamos tu apoyo
AnimaNaturalis existe porque miles de millones de animales sufren en manos humanas. Porque esos animales necesitan soluciones. Porque merecen que alguien alce la voz por ellos. Porque los animales necesitan cambios. Porque en AnimaNaturalis queremos construir un mundo más justo para todos.
Las donaciones puntuales y periódicas de nuestros socios y socias son la principal fuente de nuestros fondos.