Ayer fue un día emocionante.
Llevo varios años interesado en el movimiento por los Derechos de los Animales, desde que descubrí el veganismo en 2010. Desde entonces he ido cambiando hábitos de mi vida cotidiana, que anteriormente no era consciente de la repercusión que tenían sobre los demás animales.
También fue gracias a esa toma de consciencia por lo que empecé a interesarme por otros movimientos sociales y por el activismo. En la medida de lo que he podido, he colaborado con diversas ONG’s, apoyando su trabajo y, ocasionalmente, formando parte de él.
El acto consiste en una protesta en plena calle, en la cual decenas de activistas se manifiestan tumbándose en el suelo, completamente desnudos y cubiertos de sangre artificial. La ‘performance’ es una representación de los cuerpos amontonados de los animales sin vida a los que se les arranca la piel para ser usada como vestimenta en las explotaciones peleteras. Se trata de la mayor acción contra el uso de pieles en España y se lleva realizando cada año desde 2005.
Ésta es la segunda vez que participo en “SinPiel” (así se llama la campaña) y he vuelto a comprobar una sensación que ya experimenté la primera vez.
Creo que no debo ser el único al que participar en una acción así le puede costar un esfuerzo especial por el hecho de tener que desnudarse delante de alguien. Ya sea por convencionalismos, complejos físicos, vergüenzas o cualquier otro motivo.
Reconozco, por la compleja relación que tengo con mi cuerpo como hombre transexual, que en algunas situaciones se me hace difícil exponerme tal y como soy. Nunca he sido pudoroso, ni tengo ningún tipo de tabú en cuanto al nudismo (de hecho, todo lo contrario). Además, les organizadores de la reivindicación cuidan de hacerlo todo de forma que no sea percibido como algo morboso.
Así que en este caso no hablo del desnudo en sí porque, como digo, en ningún momento estuve incómodo o tenso durante la manifestación, sino más bien me refiero a que los días previos al evento me sentía bastante inseguro sobre si decidir o no participar. Por mi baja autoestima, cualquier decisión que implique exponerme de algún modo, por leve que sea, puede ser un obstáculo y las inseguridades afloran.
Pero por esta vez… ¡Me alegro de haberme decidido! Y es que me pareció, de nuevo, una labor admirable, y una experiencia inolvidable. Es maravilloso ver a unas 200 personas venidas de diferentes ciudades y países, dejando atrás sus posibles complejos y vergüenzas, reuniéndose una mañana de diciembre para pasar frío juntas, manifestándose por una buena causa.
Es por eso que ayer fue un día emocionante. Y estoy seguro de que cada año seremos más. Hasta que llegue el día en que ya no será necesaria la protesta, porque esa crueldad habrá terminado.
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Blog personal de Dan:
https://danhakutransgenero.wordpress.com
Fotografía:
Mara Blackflower Photography
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