Momentazos animalistas en "Star Wars, The Last Jedi"
El recientemente estrenado último episodio de la saga Star Wars, The Last Jedi, refleja algunos de los grandes cambios sociales que estamos viviendo y que hace un tiempo sería impensable encontrar en una película de la factoría Disney (no hay que olvidar que Disney compró Lucasfilm en 2012).
Las últimas películas de la saga (Rogue One, The Force Awakens y The Last Jedi), cuentan con grandes protagonistas femeninas, muestran el lado más sensible de hombres fuertes pero vulnerables y presentan una mayor diversidad racial en sus personajes principales. Además de estos atisbos de cambio en unas películas que se ajustan más a nuestros tiempos, hemos visto grandes momentos animalistas, ¡vamos a repasarlos! ¡Ojo! Si no has visto la película y quieres dejarte sorprender, no sigas leyendo...
Chewbacca decide no comer porgs
Chewy acompaña a Rey a buscar a Luke Skywalker a una isla misteriosa, habitada entre otras criaturas por una especie de aves entrañables, los porgs. Cae la noche y vemos a Chewbacca preparando su cena... en una hoguera asando lo que parece uno de los porgs. Cuando va a empezar a comérselo, mira a su alrededor y ve a un grupo de las avecillas mirándole con tristeza y entonces Chewbacca hace la conexión, es incapaz de comerse a una de las criaturas con las que ha empatizado, ¡el despertar de la fuerza es fuerte en Chewbacca! La relación de nuestro amigo peludo con los porgs va más allá y más tarde vemos a uno de ellos acompañándole en el Halcón Milenario.
A Rey le da asco la leche
Rey intenta que Luke Skywalker le enseñe lo que sabe y que se convierta en su maestro, siguiendo todos sus pasos por la isla. Vemos a Luke pescar y beber leche de unos seres grandes y tranquilos, thala-sirens. Luke los “ordeña” y bebe su leche de color verde, limpiándose la barba ante una Rey totalmente horrorizada. La cara de asco de Rey ante Luke atraviesa la pantalla y cala en los espectadores.
Rose, en contra de los espectáculos con animales
Una de las grandes escenas de acción de The Last Jedi tiene lugar en la ciudad de Canto Bight, una ciudad lujosa con un gran casino, donde personas adineradas se divierten apostando, entre otros, en carreras de fathiers.
Los fathiers son una especie de caballos, obligados a entrenar y competir en carreras muy parecidas a las que tienen lugar en la vida real. La película muestra unos fathiers tristes, encerrados, maltratados y obligados a competir para el disfrute y entretenimiento de los aristócratas de Canto Bight. Cuando Finn aterriza en Canto Bight él está eclipsado por el brillo y la opulencia de la ciudad, pero Rose le muestra la triste realidad en las miserables vidas de los fathiers, explotados por entretenimiento. Por suerte, en una acción heroica, Finn y Rose consiguen escapar y liberar a los fathiers de Canto Bight. ¡Rose es una gran activista!
Convivencia con vulptices
La resistencia se esconde en el planeta de Crait, protegiéndose en unas instalaciones abandonadas de la Alianza Rebelde, en las que durante ese tiempo se han instalado una especie de zorros de cristal, los vulptices.
Los rebeldes no solo respetan que los vulptices vivan en sus viejas instalaciones, sino que los observan y siguen su instinto, que les conduce hacia la única salida.
Comer animales, beber leche de otra especie, explotar a los animales por entretenimiento y convivir y respetar a los animales son temas que aparecen en esta última película de Star Wars, demostrando que estas cuestiones no están en galaxias tan tan lejanas, sino más cerca de lo que pensamos.
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