- “¿No te dio vergüenza exponerte así?”
Fue la pregunta mas común que repitieron.
- “Más vergüenza me daría quedarme callada ante semejante injusticia“.
Esa fue la respuesta tipo también.
Era el cuarto año que asistía a la protesta. Me gusta, porque me parece muy visual y efectiva para concienciar. El resto de años de desnudo, siempre me coloqué todo lo atrás posible, para intentar evitar salir en prensa o tele. Porque aún el pudor podía más que las ganas de reivindicar.
Este año me ofrecieron sostener la pancarta , dije que sí sin pensarlo. Porque los cambios internos no se pueden pensar, se tienen que hacer . Y así fue como , por respeto a los millones de animales que serán sacrificados por su piel, decidí desnudar la mía a ojos de cualquiera . Así fue como me desnudé de ropa y de fantasmas. Así fue como desnudé mi alma un poco más.
Vivir el sufrimiento , el hacinamiento o tortura de animales como se se tratara del dolor propio no siempre es fácil, pero es el primer paso para que poco a poco, vayamos cambiando el mundo.
La empatía nos hará acercarnos a otras almas, nos hará seguir avanzando, nos ayudará a seguir creando conciencia de que un mundo mejor para los animales, es posible.
Gracias a AnimaNaturalis por la oportunidad y mil gracias por todo el esfuerzo que hacen a diario para crear un mundo más justo .
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