Aclimatación

La “aclimatación” consiste en que, ya en la orilla de la playa donde permanecen encerrados, se les obliga a comer pescado de la mano del hombre. Este proceso es el boleto sin retorno a una vida de encierro y sumisión, ya que a partir de aquí siempre dependerán del ser humano para poder alimentarse. Así se podrá mantener el control sobre ellos por medio del hambre.

Una vez los delfines hambrientos se han rendido y aceptan comer pescado muerto, el entrenador les enseña que solamente cuando llevan a cabo el comportamiento y guión deseados (saludar al público o caminar sobre su cola) reciben pescado como recompensa. Así es como se fuerzan los comportamientos antinaturales de los delfines.

Deberán acostumbrarse a una manipulación y control absolutos, de tal forma que todas sus actividades serán controladas por el hombre.

Transporte

Tras permanecer unos días en los corrales o tanques citados, son transportados por tierra o avión en contenedores a su destino final. Se ha demostrado que el transporte es el proceso más estresante para los delfines, después de la captura.

Alrededor del cincuenta por ciento de delfines capturados no llegan vivos a sus destinos. Muchos animales destinados a parques marinos desde Japón han muerto poco después de ser transportados. Se reportaron brotes de enfermedades infecciosas en delfines, cuya mortalidad es casi de 100%.

 

Fuente: Leviathan, Center for Marine Mammals Research.

 

 

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