En España, son varias las fiestas que cuentan con un espectáculo de fuegos artificiales, pero, tal y como se hace en la actualidad, supone un auténtico calvario para muchos animales. Sabemos que ha llegado el momento de hacer cambios en nuestras costumbres.
En los animales, el uso de pirotecnia puede generar taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo e incluso la muerte.
Y los animales no humanos no son los únicos que sufren: también lo hacen todos aquellos colectivos especiales, como los menores con autismo, ancianos con Alzheimer, pacientes terminales, personas que sufren de agorafobia y que pueden verse afectadas por ruidos fuertes e imprevistos, sufriendo así temblores y miedo.
Una pirotecnia respetuosa y sin ruido es posible.
Perros
Ataques de pánico, pérdida de visión y ataques de corazón son algunos de los síntomas que pueden padecer. Un sonido que pasa de los 20.000Hz es inaudible para los humanos, pero los perros pueden oír hasta 60.000Hz.
Gatos
El uso de pirotecnia puede generar taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo e incluso la muerte. A causa del temor que sienten, pueden intentar huir y ser víctimas de accidentes o no saber recordar el camino de vuelta a casa.
Aves
Además de los daños en su sistema auditivo, el susto que reciben es tan grande que sufren taquicardias e infartos que acaban con su vida. Otro efecto es la desorientación, ya que muchas aves emprenden un vuelo sin rumbo tratando de huir y luego no saben regresar.
Humanos
También sufren todos aquellos colectivos necesitados de especial atención, como menores con autismo, quienes padecen Alzheimer, pacientes terminales, personas que sufren de agorafobia y aquellas que pueden verse afectadas por ruidos fuertes e imprevistos, que sufren temblores y miedo.
Perros, gatos, aves, personas con capacidades diferentes y enfermas pueden sufrir graves perjuicios por el uso de petardos y cohetes.
San Juan es una fiesta muy importante para varias ciudades de España, pero, tal y como se celebra en la actualidad, supone un auténtico calvario para muchos animales. Ha llegado el momento de hacer cambios en nuestras costumbres.
En los animales, el uso de pirotecnia puede generar taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo e incluso la muerte.
Los perros y los gatos, que tienen un oído altamente sensible, suelen sentir temor y en caso de huir pueden ser víctimas de accidentes o perderse. Las aves reaccionan frente a los estruendos con taquicardias que pueden provocar su fallecimiento.
Y los animales no humanos no son los únicos que sufren: también lo hacen todos aquellos colectivos especiales, como los menores con autismo, ancianos con Alzheimer, pacientes terminales, personas que sufren de agorafobia y que pueden verse afectadas por ruidos fuertes e imprevistos, sufriendo así temblores y miedo.
Cada vez que tiramos un petardo o un cohete para divertirnos, provocamos sufrimiento a alguien cercano.
Una pirotecnia respetuosa y sin ruido es posible.