AnimaNaturalis ha denunciado "un nuevo caso de maltrato y tortura de un animal" en nuestra comunidad autónoma. En concreto, se trata del burro 'Julio' que vivía en Arnedillo y que fue visto el pasado 25 de agosto por unas personas en el aparcamiento de caravanas de dicho pueblo en estado de abandono.
En ese momento, "varios vecinos manifestaron que llevaba tiempo en esa situación y que su dueño no se hacía cargo de él ni le daba de comer". Inmediatamente, según informan desde AnimaNaturalis, se llamó al Seprona que, como única respuesta, "dijo a la persona que llamó que se lo llevará de allí. Ni siquiera se personaron en el lugar".
Así, recuerdan, "no se sabía si tenía dueño o no porque aparentemente nadie se ocupaba de él". Finalmente, se le buscó un hogar y se trasladó allí ese mismo día con la autorización de la Guardia Civil y en presencia del alcalde de Arnedillo.
Por suerte, el burro tenía un 'chip' por lo que se contactó con su dueño. Un hombre de avanzada edad "y más que evidente que no podía ocuparse del burrito" por ello "se le solicitó que cediera al animal y accediera al cambio de titular sin ningún coste para él".
"No hubo manera de convencer al dueño de que lo cediera"
El dueño del burro "se negó por completo, sólo accedía a su venta por un valor de 500 euros". Aún así, "se insistió en que le salía mejor cederlo que pagar multas por abandono y maltrato. No hubo manera de convencerlo, por lo que no quedó más remedio que devolvérselo" a pesar de que esta persona lleva varias denuncias de abandono y maltrato animal que han quedado en nada.
El día 1 de octubre -algo más de un mes después- "se lo lleva del lugar donde lo estaban cuidando y recuperando y 19 días después, Julito aparece muerto a 2 km de la finca de su propietario".
El burro, según AnimaNaturalis, "presentaba un gran corte en el cuello y fue arrastrado vivo por un todoterreno mientras moría desangrado".
"Lo más triste de todo, es que este señor ya contaba con seis denuncias por maltrato, abandono y no identificación animal. Se trataba de una muerte anunciada a voces por todo el pueblo", lamentan.
Por ello nos preguntamos: "¿para qué sirve la legislación?, ¿para qué se denuncia?, ¿existe la justicia?". El burro estaba amparado por la ley 5/1995 de protección animal, modificada por la ley 2/2000.
En dicha ley, se recoge como infracción muy grave en el artículo 36, apartado a, maltratar o agredir físicamente a los animales o someterlos a cualquier otra práctica que les suponga sufrimientos o daños permanentes o la muerte, así como no facilitarles alimentación.
"Este caso debería ser investigado y en ello también debería incluirse la dejación de funciones de las Autoridades Competentespara evitar la reincidencia en la comisión de estos tipos de infracciones recogidas en el artículo 39 de la citada ley".
Así las cosas, finalizan, "no podemos consentir una sociedad que maltrata. Debemos ser firmes y denunciar todos los casos que tengamos conocimiento. Porque ésta no es la sociedad que queremos. ¿Cómo transmitir valores de respeto y empatía callando y consintiendo estas actuaciones?".
AnimaNaturalis exige que se cumpla la ley, que se investigue y, si es el caso, "se sancione realmente a esta persona y se le prohíba la tenencia de cualquier otro animal".
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