Colombia es el país de paso de 275 especies de aves migratorias en el mes de octubre, por lo que el tráfico ilegal aumenta en gran medida. Durante esta época os animales inician un viaje desde América del norte hacia los trópicos por causa de los cambios estacionales.
Cundinamarca se convierte en una parada obligatoria para muchas de estas especies, en especial las rapaces. Lo que causa que muchas personas en el sector rural inicien cacerías, tema que ha encendido las alarmas de las autoridades ambientales.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha conocido que en municipios de Boyacá, los pobladores inician la cacería de estos animales llamándolas control de poblaciones sin tener en cuenta que se trata de una ruta migratoria.
Ante estos aberrantes hechos, la entidad hace el llamado a la comunidad para proteger a las aves migratorias, pues estas prácticas afectan los recorridos de las especies y los ciclos que representan dentro de los ecosistemas.
“La importancia de conservar las aves migratorias se relaciona con los servicios ecosistémicos que le prestan al ser humano y a la vida del planeta, como la regeneración de los bosques por la dispersión de semillas y la regulación para la disponibilidad de agua”, afirma Paula Kecán, bióloga de la CAR.
Estas especies tienen un papel vital dentro del desarrollo ecológico, contribuyen con la polinización de las flores para la fructificación de plantas y árboles. El llamado es a dejarlas volar. “Ellas vienen volando grandes distancias para conseguir refugio y alimento y son fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas”, señala Kecán.
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