El 25 de junio de cada año se conmemora el Día Mundial Antitaurino, con el fin de exigir que se termine con esta mal llamada tradición que tortura, humilla y asesina a animales inocentes por diversión.
Este año, pese a que la pandemia por el Covid-19 continúa, los espectáculos masivos siguen prohibidos en Colombia y las corridas de toros están suspendidas, un pequeño sector taurino ha insistido en realizar temporadas taurinas virtuales, la masacre no cesa, ni siquiera en tiempos donde se habla de la urgencia de salvaguardar la vida.
Por esta razón, activistas de AnimaNaturalis nos unimos a la Maratón Voces realizada por el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal, y ocupamos la Plaza la Santamaría de Bogotá, un lugar que durante más de 50 años se ha utilizado para celebrar la muerte, pero que en esta oportunidad única recuperamos para hacer un ejercicio de memoria y hablar sobre la necesidad de soltar los privilegios del pasado, para construir por fin una mejor normalidad en la que quepamos todos los animales, humanos y no humanos.
Agrupados en el centro de la plaza y guardando las medidas de bioseguridad, rodeados de graderías y palcos vacíos que en otros tiempos tampoco se llenarían, pero tendrían uno que otro ser humano embriagado en sadismo, rompimos banderillas en señal de protesta, bañamos nuestros cuerpos y la arena con polvo rojo, con la esperanza de que nunca más se derrame sangre allí, ni en ningún lugar de Colombia.
“Para recordar a los políticos que les pedimos valentía. Que les pedimos justicia, solidaridad, coraje y empatía. Sí, empatía: que se pongan en la piel de aquellos más vulnerables, aquellos que no pueden defenderse por sí mismos, aquellos que están condenados a ser torturados hasta la muerte para que se divierta la gente, para ensuciar de sangre y dolor nuestro país”, mencionó Cindy Álvarez, voluntaria de AnimaNaturalis en Bogotá.
Las tradiciones que merecen ser conservadas son aquellas en las que no se maltrata ni asesina y aunque en Colombia se sigue derramando sangre, humana y no humana, seguiremos resistiendo y gritando bien alto:
¡TAUROMAQUIA ABOLICIÓN!
Foto por: Luis Carlos Ayala
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