La llegada del nuevo gobierno de Aragón, encabezado por la coalición del Partido Popular (PP) y Vox, ha marcado un giro hacia el fomento activo de la tauromaquia, un espectáculo que gran parte de la sociedad considera obsoleto y cruel. Bajo la bandera de la defensa de las tradiciones, este gobierno ha implementado una serie de políticas que han reabierto un debate profundo sobre los derechos de los animales y el tipo de cultura que debería promoverse en una sociedad moderna.
Uno de los primeros y más controvertidos pasos de este gobierno fue la reintroducción de las corridas de toros en la televisión pública regional, Aragón TV, que no había emitido estos espectáculos en una década. La primera corrida transmitida fue durante la Feria de la Albahaca de Huesca, un evento que marcó el regreso de la tauromaquia a las pantallas de los aragoneses. Este hecho ha sido defendido fervientemente por Jorge Azcón, presidente de Aragón, quien ha declarado que "la tauromaquia forma parte de nuestras tradiciones más arraigadas y, como tal, merece ser protegida y fomentada". En consonancia con esta postura, Azcón también propuso la creación de un premio regional para la mejor faena taurina, tras la eliminación del Premio Nacional de Tauromaquia por parte del Ministerio de Cultura, lo cual subraya la intención del gobierno regional de otorgar un estatus privilegiado a estas prácticas.
La posición del gobierno de PP y Vox no se limita solo a la promoción de la tauromaquia en los medios públicos. Recientemente, la coalición ha aprobado un nuevo reglamento que permite la participación de menores de edad en eventos taurinos. Este cambio normativo ha sido justificado por el gobierno como una forma de "fomentar el interés de las nuevas generaciones por una parte esencial de nuestra cultura". Sin embargo, este movimiento ha suscitado una ola de críticas, especialmente por parte de organizaciones defensoras de los derechos de los animales, que consideran que exponer a los menores a la violencia de la tauromaquia es una forma de adoctrinamiento que perpetúa la crueldad hacia los animales.
La intención del gobierno de PP y Vox de declarar los festejos con toros como Patrimonio Cultural Inmaterial de Aragón es otro ejemplo de su estrategia para blindar la tauromaquia contra cualquier intento de regulación o prohibición. La diputada de Vox, Marta Fernández, ha sido clara al respecto: "La tauromaquia es una seña de identidad de España y debemos garantizar su continuidad para las futuras generaciones". Este enfoque choca directamente con los movimientos que abogan por una mayor ética en el tratamiento de los animales, reflejando una profunda división en la sociedad aragonesa.
AnimaNaturalis, una de las organizaciones más activas en la defensa de los derechos de los animales en España, ha sido especialmente crítica con estas medidas. Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España, ha calificado las políticas del gobierno aragonés como "un retroceso brutal que ignora el clamor de una sociedad que cada vez rechaza más la violencia como espectáculo". Gascón ha subrayado que "la tauromaquia no es cultura, es tortura, y es vergonzoso que se utilicen recursos públicos para promover una práctica que debería estar relegada a los libros de historia". La organización también ha sido una de las principales impulsoras de la campaña #NoEsMiCultura, una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que busca derogar la ley que protege a la tauromaquia como patrimonio cultural en toda España.
El rechazo a la tauromaquia no es solo una cuestión de derechos de los animales, sino también de la ética que se desea transmitir a las futuras generaciones. En este sentido, AnimaNaturalis ha expresado su preocupación por la decisión de retransmitir corridas de toros en horarios en los que niños y adolescentes pueden estar expuestos a estos contenidos. Esta decisión va en contra del Código de Autorregulación de Aragón TV, que se compromete a evitar la emisión de contenidos violentos inapropiados para menores. Permitir que los jóvenes presencien actos de violencia explícita contra animales en televisión es profundamente irresponsable y contradice los valores de una sociedad que debería aspirar a ser más compasiva.
En un contexto en el que muchas naciones avanzan hacia una mayor protección de los derechos de los animales, las políticas del gobierno aragonés parecen un anacronismo. Mientras que en otras partes de España y del mundo se promueven legislaciones para erradicar el maltrato animal, en Aragón se están utilizando recursos públicos para revitalizar una práctica que, según la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales 2021-2022 del Ministerio de Cultura, es seguida solo por el 5,4% de la población aragonesa.
El fomento de la tauromaquia en Aragón por parte del gobierno de PP y Vox representa no solo un retroceso cultural, sino también una violación de los principios éticos que deberían guiar a una sociedad avanzada. Las iniciativas como #NoEsMiCultura y el trabajo incansable de organizaciones como AnimaNaturalis continúan siendo fundamentales para resistir esta ofensiva pro-taurina y avanzar hacia un futuro donde el respeto por la vida prevalezca sobre la tradición de la violencia. Como afirma Aïda Gascón, "no podemos seguir permitiendo que la violencia y el sufrimiento animal sean celebrados como cultura; es hora de que Aragón y España den un paso hacia adelante y dejen atrás prácticas que no tienen cabida en el siglo XXI".
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