El reciente fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha marcado un hito en el debate sobre el etiquetado de productos vegetales. El 4 de octubre pasado, el tribunal dictaminó que los fabricantes de alimentos de origen vegetal pueden continuar utilizando términos tradicionalmente asociados a la carne, como "hamburguesa" o "salchicha", siempre que el etiquetado de los productos sea claro y no induzca a error a los consumidores. Esta decisión se produjo tras una demanda presentada en Francia, donde una ley nacional prohibía el uso de términos cárnicos para productos vegetarianos, alegando la necesidad de mayor transparencia para los consumidores. Sin embargo, la decisión ha suscitado una polémica en países como España, Francia e Italia, donde se habían impuesto restricciones para proteger, supuestamente, a los consumidores de la confusión.
El tribunal resolvió que, aunque los Estados miembros tienen el derecho de establecer normativas propias para el etiquetado de alimentos, no pueden bloquear el uso de términos comunes para productos vegetales si no han estipulado denominaciones específicas para dichos productos. Esta sentencia no solo garantiza una mayor libertad para las empresas que comercializan alimentos vegetales, sino que también protege el derecho de los consumidores a elegir opciones sostenibles sin restricciones lingüísticas que favorezcan a la industria cárnica.
"Sabemos que los consumidores no se ven engañados por los nombres 'cárnicos' en productos de origen vegetal", afirmó Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España. "Este fallo no solo es una victoria para los derechos de los animales, sino también para los consumidores, que tienen el derecho de elegir alternativas más sostenibles sin ser manipulados por las grandes industrias cárnicas".
Detrás de las medidas restrictivas de Francia y otros países se esconde la presión de lobbies de la industria cárnica, que ven amenazados sus ingresos ante el crecimiento de las alternativas vegetales. En 2022, Francia fue el primer país en prohibir términos como “filete” o “salchicha” en productos veganos, bajo el pretexto de evitar la confusión de los consumidores. Sin embargo, informes como el del The Good Food Institute en Europa revelan que no existen casos documentados de consumidores que hayan confundido estos productos. Entonces, ¿a quién protege realmente esta ley?
España: Una batalla en los pasillos del Congreso
En España, la controversia sobre el etiquetado de productos de origen vegetal también ha llegado al Congreso. En septiembre de 2024, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) presentó una iniciativa de Proposición No de Ley que, bajo el argumento de proteger al consumidor, busca restringir el uso de términos como “hamburguesa” o “salchicha” para productos veganos. Sin embargo, esta medida no está motivada por la confusión del consumidor, sino por los intereses de la industria cárnica, que ve una amenaza en el creciente consumo de alternativas vegetales.
"Es una estrategia más para frenar el avance de los productos de origen vegetal, que no solo son una alternativa más ética, sino también más sostenible. El Gobierno debería centrarse en educar a los consumidores sobre los riesgos del consumo de carne, en lugar de proteger los intereses de una industria que está contribuyendo a la degradación del planeta”, expresa Gascón.
Desde AnimaNaturalis proponemos enviar esta carta de protesta a las promotoras de esta PNL, Montserral Mínguez García, diputada por Lleida y Secretaria General del Grupo Parlamentario Socialista, y a Begoña Nasarre Oliva, diputada por Huesca y Secretaria Adjunta a la Secretaria General:
El aumento de la demanda de productos vegetales ha desafiado a la industria cárnica, que ha respondido con estrategias de lobby para proteger sus intereses económicos. Según datos de la consultora Nielsen, las ventas de productos plant-based en España han aumentado un 20% anual en los últimos cinco años, convirtiendo al país en uno de los mercados europeos con mayor crecimiento en este sector.
España ha experimentado un notable cambio en los patrones de consumo alimentario. En la última década, el consumo de carne en el país ha disminuido significativamente. Un informe del The Good Food Institute muestra que, en los últimos cinco años, el 52% de los españoles ha reducido su consumo de carne roja, y el 24% la ha eliminado por completo de su dieta. Esta tendencia se debe a una combinación de factores, que incluyen un mayor conocimiento sobre los efectos negativos del consumo de carne en la salud, el impacto ambiental de la industria ganadera, y una creciente preocupación por el bienestar animal.
A medida que el debate sobre el etiquetado de productos vegetales se intensifica, el apoyo público hacia las alternativas plant-based sigue creciendo. Los consumidores jóvenes, en particular, son los más receptivos a cambiar sus hábitos de consumo por motivos éticos y ambientales. Un estudio de 2023 realizado por la consultora Mintel encontró que el 35% de los millennials en España se describen como "flexitarianos", es decir, personas que buscan reducir su consumo de carne y productos de origen animal.
La industria cárnica, en pie de guerra
El decrecimiento del consumo de carne en Europa es una realidad que inquieta a la industria cárnica. Según datos de la Comisión Europea, el consumo de carne ha caído 1,5 kg por persona al año, una tendencia que refleja una mayor concienciación sobre el impacto ambiental, los derechos de los animales y los riesgos para la salud asociados al consumo de carne.
A pesar de esta tendencia, las medidas restrictivas en el etiquetado de productos veganos no solo afectan a los derechos del consumidor, sino también a las empresas que apuestan por alternativas más sostenibles. “Es absurdo que se prohíba el uso de términos que los consumidores ya entienden perfectamente. Estos productos no engañan a nadie; lo que preocupa a la industria cárnica no es la confusión, sino la pérdida de su dominio en el mercado”, declara Gascón.
De hecho, en Francia, la situación es especialmente paradójica. Mientras los productores locales de alimentos vegetales enfrentan restricciones, los productos veganos importados no están sujetos a las mismas normas. Esto crea una situación injusta y desigual para las empresas francesas emergentes, que se ven obligadas a competir con marcas extranjeras bajo desventaja.
Italia, otro importante jugador en la industria alimentaria europea, también ha planteado medidas para restringir el uso de nombres de carne en productos vegetales. En noviembre de 2023, el gobierno italiano aprobó una ley similar a la francesa, argumentando que los consumidores podían confundirse al ver términos como "salami" o "bistec" en etiquetas de productos veganos. Sin embargo, a diferencia de Francia, el gobierno italiano ha mostrado disposición a revisar estas restricciones si perjudican a las empresas nacionales.
La postura italiana ha generado preocupaciones dentro del sector de productos plant-based, que considera que estas restricciones pondrían en peligro a las empresas emergentes del país, las cuales ya enfrentan importantes desafíos en términos de rebranding y costos de empaque. Según una encuesta del The Good Food Institute, el 60% de los consumidores italianos considera que los nombres de productos como "hamburguesa vegetal" son completamente comprensibles siempre que estén claramente etiquetados.
Impacto en la sostenibilidad y el bienestar animal
El fallo del Tribunal de Justicia de la UE no solo protege el derecho de los productores a etiquetar sus productos de manera honesta, sino que también subraya el papel crucial de la industria de proteínas alternativas en la lucha contra el cambio climático. Según el informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la reducción del consumo de carne es una medida necesaria para mitigar los efectos del calentamiento global. Las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la ganadería son responsables de aproximadamente el 14,5% de las emisiones globales, lo que convierte a la transición hacia dietas basadas en plantas en un componente clave de las estrategias para proteger el planeta.
"La ciencia es clara: reducir el consumo de carne es esencial si queremos tener una oportunidad de frenar el cambio climático", afirma Gascón. "Promover alternativas basadas en plantas no solo es una cuestión de bienestar animal, sino también de justicia climática".
Las leyes que restringen los nombres “cárnicos” en productos vegetales podrían tener consecuencias devastadoras para la industria vegana, que busca ofrecer alternativas más éticas y sostenibles. Para pequeñas empresas emergentes, rediseñar el etiquetado o enfrentar litigios podría significar enormes pérdidas económicas. Además, esto enviaría un mensaje negativo a los consumidores que intentan hacer elecciones más conscientes y saludables.
En este contexto, es más importante que nunca que los defensores de los animales se movilicen para proteger los avances logrados en la promoción de dietas basadas en plantas. A través de campañas de concienciación y apoyo a las empresas que producen alternativas vegetales, podemos contribuir a acelerar esta transición y reducir el sufrimiento animal.
Desde AnimaNaturalis, seguimos trabajando para garantizar que las alternativas vegetales no sean vistas como una amenaza, sino como una oportunidad para avanzar hacia un futuro más compasivo y sostenible. Invitamos a nuestros lectores a informarse sobre nuestras campañas y a unirse en la lucha por un mundo más justo para los animales y el medioambiente.
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