El Colegio de Abogados de Madrid celebró su II Jornadas Jurídicas sobre Tauromaquia, un evento que reunió a magistrados del Tribunal Supremo y del Constitucional, abogados especializados y políticos con una clara agenda: blindar la tauromaquia jurídicamente ante lo que consideran una ofensiva de los movimientos animalistas y lo que describen como la "cultura woke". En estas jornadas se debatió sobre la necesidad de proteger la tauromaquia legalmente, en un contexto en el que diversas sentencias han beneficiado a este sector.
"Estamos asistiendo a una reacción defensiva del poder judicial y los sectores conservadores frente al creciente avance de movimientos como el nuestro, que denuncian el maltrato animal en las corridas de toros", explica Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España. "La Iniciativa Legislativa Popular #NoEsMiCultura, que hemos impulsado para recuperar la libertad de decidir el futuro de las corridas en todo el país, está sacando a la luz esta lucha de poder entre la protección animal y las tradiciones más arraigadas".
Uno de los ponentes más destacados de las jornadas fue Enrique Arnaldo, magistrado del Tribunal Constitucional y ferviente defensor de la tauromaquia, quien lamentó que los toros no sean suficientemente defendidos en los libros de texto de los colegios. Arnaldo llegó a comparar la tauromaquia con un arte amenazado por un supuesto "totalitarismo" que, según él, pretende imponer un pensamiento único y uniforme sobre lo que es correcto y lo que no. Esta visión de la tauromaquia como una expresión cultural que necesita ser defendida a nivel judicial es recurrente en las palabras de los asistentes a este tipo de eventos.
La reacción de los defensores de la tauromaquia
Durante las jornadas, otro magistrado del Tribunal Supremo, Antonio García, defendió el derecho de los menores a asistir a corridas de toros y convertirse en matadores desde una edad temprana, lo que calificó como una tradición que no debería verse coartada. En un tono jocoso, García afirmó que sus propios hijos habían asistido a las corridas desde pequeños y aseguró que "no están tarados". Este tipo de declaraciones, que trivializan el impacto psicológico que podría tener presenciar actos de violencia hacia los animales, son cada vez más comunes entre los defensores de la tauromaquia.
Estas posturas demuestran la desconexión entre quienes promueven la tauromaquia y el creciente rechazo de la sociedad española hacia este tipo de espectáculos. Según un estudio del Ministerio de Cultura de 2022, la asistencia a corridas de toros ha disminuido en un 60% en las últimas dos décadas. Además, una encuesta realizada por IPSOS en 2023 reveló que más del 80% de los jóvenes entre 18 y 30 años están en contra de las corridas de toros.
"La tauromaquia está en declive, y no es solo por el rechazo social, sino también por la creciente conciencia sobre el sufrimiento animal", explica Gascón. "Es evidente que los poderes fácticos de la tauromaquia están reaccionando ante la creciente oposición social. Están viendo cómo la sociedad avanza, y eso les asusta".
Tauromaquia y poder judicial: el blindaje de una tradición
El blindaje jurídico de la tauromaquia ha sido reforzado en los últimos años con sentencias clave que han impedido que las consultas populares, como las que se intentaron en Donostia y Ciempozuelos, prosperen en contra de este "arte". Además, el Tribunal Supremo obligó recientemente al Gobierno a incluir las corridas de toros dentro del Bono Cultural Joven, a pesar de las protestas de múltiples colectivos culturales que cuestionan la naturaleza "artística" de este espectáculo, y ahora mismo está estimando un recurso de la Fundación Toro de Lidia para que regrese el Premio Nacional de Tauromaquia.
En las jornadas del Colegio de Abogados de Madrid también se destacó el papel de la jurisprudencia como mecanismo de defensa de la tauromaquia. Magistrados como José Antonio Montero, quien fue uno de los organizadores, insistieron en que la "cultura woke" y los movimientos animalistas representan un peligro para la "libertad y tolerancia", valores que, según ellos, definen a la tauromaquia. Sin embargo, este blindaje jurídico no es tan sólido como parece. "La Iniciativa Legislativa Popular que promovemos puede abrir la puerta a una serie de prohibiciones locales y regionales que desafíen estas decisiones judiciales", recalca Gascón.
Las Jornadas se extendieron por más de cinco horas, especialmente elogiando las dos sentencias del Constitucional dieron el blindaje legal a la tauromaquia, que han anulado prohibiciones de las corridas de toros en Cataluña e Islas Baleares, y que restringen las competencias de las Comunidades Autónomas para decidir acerca de la cultura que las representa. Es precisamente esta decisión la que quiere derogar la Iniciativa Legislativa Popular #NoEsMiCultura.
La conclusión general de las Jornadas es aplaudir las sentencias del Constitucional y Supremo de los últimos años, que protegen la tauromaquia como evento esencial del Patrimonio Cultural de España que debe ser protegido por mandato constitucional, aunque lamentan que este blindaje venga de la jurisprudencia y no de una “gran ley de toros”, como explicó José Luque, magistrado y presidente de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. “Si no existiese ese nivel jurisprudencial, los toros serían maltrato”, declaró.
"El maltrato animal no depende de una serie de documentos firmados por expertos en leyes, sino de la capacidad de sentir placer y dolor de los propios animales", explica Gascón. "No debemos aceptar que una ley pueda estar por encima de la ciencia o incluso de la ética. No aceptaremos jamás que se excluya a algunos animales de cualquier tipo de protección, porque su sufrimiento tiene valor en sí mismo y no se puede mitigar sólo por una normativa que lo convierte en legal".
Un futuro incierto para la tauromaquia
A pesar de los intentos por blindar la tauromaquia desde las altas esferas judiciales y políticas, su futuro en España sigue siendo incierto. Las encuestas muestran un rechazo creciente por parte de la sociedad española, y las nuevas generaciones ven las corridas de toros como algo obsoleto y cruel. Además, el hecho de que figuras del mundo judicial, como Arnaldo y Montero, insistan en la necesidad de defender este "arte" refleja el temor de que la tauromaquia esté perdiendo terreno en la batalla cultural.
"Nosotros seguimos adelante con nuestra misión de proteger a los animales y de concienciar a la sociedad sobre el sufrimiento que implica la tauromaquia", afirma Gascón. "No es solo una cuestión de gustos o tradiciones, es una cuestión de derechos básicos de los animales". Desde AnimaNaturalis, se están redoblando esfuerzos para avanzar con la Iniciativa Legislativa Popular #NoEsMiCultura y otras campañas que visibilicen el sufrimiento de los toros en las plazas.
Si quieres formar parte de este cambio y apoyar la Iniciativa Legislativa Popular #NoEsMiCultura, puedes informarte sobre cómo firmar y ayudar a detener el maltrato animal en España. Juntos, podemos lograr un futuro sin violencia hacia los animales.
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