La ciudad de Málaga ha dado un paso decisivo hacia la protección de los animales. Este 2025 será recordado como el año en que los coches de caballos desaparecen definitivamente de sus calles. Una medida impulsada por el Ayuntamiento con el objetivo de mejorar el bienestar animal, renovar la imagen de la ciudad y alinearse con otras urbes europeas que ya han prohibido esta práctica.
Desde hace décadas, los coches de caballos han sido una postal común en Málaga, especialmente en su Centro Histórico. Sin embargo, el impacto negativo sobre los animales no ha pasado desapercibido. Jornadas agotadoras bajo el intenso calor, condiciones de alojamiento precarias y la circulación en entornos urbanos no adecuados han expuesto a los caballos a situaciones de sufrimiento.
Según la concejala de Movilidad, Trinidad Hernández (PP), “el modelo de coche de caballos es difícil de encajar con las normativas actuales de protección animal y con la configuración urbana de nuestra ciudad”. Adicionalmente, se estima que los daños en el asfalto provocados por las herraduras ascienden a más de 50.000 euros anuales.
Bienestar animal y modernidad
El bienestar animal ha cobrado una relevancia creciente en la agenda pública. Ciudades como Málaga no solo están respondiendo a un reclamo social, sino también reconociendo que la explotación de animales para el turismo no se alinea con los valores de una sociedad moderna.
Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España, celebra esta decisión: “Es un gran avance para la protección animal en España. Cada paso que damos hacia un modelo libre de crueldad nos acerca a una sociedad más justa y empática. La desaparición de los coches de caballos en Málaga es un ejemplo de cómo el cambio es posible cuando existe voluntad política”.
Estudios sobre etología equina han demostrado que el entorno urbano genera un alto nivel de estrés en los caballos, afectando tanto su salud física como emocional. Además, las altas temperaturas de ciudades mediterráneas como Málaga agravan esta situación, haciendo insostenible su uso en actividades turísticas.
Una ciudad sin crueldad
El Ayuntamiento ha mostrado su compromiso con una transición justa. Para ello, se está negociando con los propietarios de los carruajes una indemnización que compense la eliminación anticipada de las licencias, vigentes hasta 2035. El alcalde Francisco de la Torre (PP) subraya que existen alternativas de transporte más sostenibles y atractivas para los turistas.
La medida también abre las puertas a una renovación del modelo turístico, alejándose de prácticas obsoletas y apostando por propuestas más innovadoras y responsables.
Málaga no está sola en esta lucha. Barcelona prohibió los coches de caballos en 2018 tras el lamentable fallecimiento de un equino en la vía pública. A nivel internacional, ciudades como París, Praga, Nueva York y Roma han iniciado procesos para sustituir estos vehículos por alternativas eléctricas, mostrando que el cambio es posible y urgente.
Desde AnimaNaturalis, animamos a otras ciudades españolas a seguir el ejemplo de Málaga. Llega ya la hora en que las caleras de Palma de Mallorca, las carrozas de Sevilla, Córdoba y Jerez, así como los burro-taxi de Mijas, entre tantas otras tantas ciudades, sigan este ejemplo y miren el maltrato animal como un tema relevante que afecta la convivencia en las ciudades españolas. El compromiso ciudadano es clave para impulsar estas transformaciones. ¡Tú también puedes ser parte del cambio! Firma nuestras peticiones, colabora como voluntario o haz un donativo para apoyar iniciativas que defienden a los animales.
Como dice Gascón, “El fin de los coches de caballos en Málaga es una victoria para los animales, pero también para la sociedad, que da un paso más hacia un futuro libre de crueldad”.
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