Vieux-Boucau dice adiós a las corridas de toros

Vieux-Boucau, un pequeño municipio costero del suroeste de Francia, ha tomado una decisión que marca un antes y un después en la lucha contra la tauromaquia. A partir de septiembre de 2025, las corridas de toros estarán prohibidas definitivamente en la localidad, poniendo fin a una tradición que, aunque defendida durante años como parte del patrimonio cultural, ha sido cada vez más cuestionada por su brutalidad.

04 febrero 2025
Vieux-Boucau-les-Bains, France.

Vieux-Boucau, un pequeño municipio costero del suroeste de Francia, ha tomado una decisión que marca un antes y un después en la lucha contra la tauromaquia. A partir de septiembre de 2025, las corridas de toros estarán prohibidas definitivamente en la localidad, poniendo fin a una tradición que, aunque defendida durante años como parte del patrimonio cultural, ha sido cada vez más cuestionada por su brutalidad. La decisión, impulsada por el alcalde Pierre Froustey, refleja un cambio de valores en la sociedad y posiciona a Vieux-Boucau como un referente en la evolución ética de las tradiciones.

El anuncio llega tras dos años de transición en los que se permitió la celebración de algunas corridas con motivo del aniversario de la peña taurina La Mariposa. Sin embargo, el impacto de estos eventos fue innegable: la sangre derramada en la arena recordó a muchos la crueldad inherente a este espectáculo. Durante décadas, la plaza de toros Joseph-Laudouat ha acogido a miles de espectadores, pero la realidad detrás de la tauromaquia ha sido difícil de ignorar. Estudios han demostrado el sufrimiento extremo al que son sometidos los toros, desde el estrés previo a la corrida hasta la agonía prolongada antes de la muerte.

“Esta decisión no es un intento de borrar nuestra historia, sino de reconocer que las tradiciones deben evolucionar. Cuando una práctica causa daño innecesario, es nuestro deber cuestionarla y cambiarla”, declaró Froustey. Su postura no es un caso aislado. Encuestas recientes indican que el 74% de los ciudadanos franceses se oponen a las corridas de toros, reflejando un cambio de mentalidad en todo el país. Mientras tanto, ciudades como Barcelona y Bogotá han prohibido o restringido la tauromaquia, reforzando la idea de que la violencia contra los animales no tiene cabida en una sociedad moderna.

La medida también responde a una creciente preocupación por el impacto de la tauromaquia más allá del maltrato animal. Además del sufrimiento de los toros, estudios han señalado que estos eventos pueden normalizar la violencia en la sociedad y afectar la percepción ética de las nuevas generaciones. El impacto ambiental tampoco es menor: la cría de toros de lidia implica un uso intensivo de recursos y puede contribuir a la degradación del ecosistema.

Lejos de suponer un golpe para la identidad cultural de la región, la prohibición abre la puerta a nuevas formas de celebración que respetan la vida. En otras partes de Francia, las courses landaises, espectáculos taurinos sin sangre en los que se pone a prueba la agilidad de los recortadores, han ganado popularidad como una alternativa ética. Además, colectivos como Traditions Sans Sang han comenzado a organizar festivales que incluyen exhibiciones ecuestres, música tradicional y expresiones artísticas inspiradas en la cultura taurina, sin necesidad de violencia.

“El fin de las corridas de toros no significa el fin de la cultura. Significa su evolución. Podemos honrar nuestras raíces sin necesidad de hacer sufrir a ningún ser vivo”, explica Marie Dupont, activista y residente de Vieux-Boucau. La decisión del municipio traerá beneficios tangibles: cada año, al menos 50 toros serán salvados de una muerte cruel en esta localidad, mientras que el turismo ético y familiar impulsará la economía sin recurrir a espectáculos de sangre.

A nivel internacional, el ejemplo de Vieux-Boucau es un llamado a la acción. Organizaciones como AnimaNaturalis han celebrado la medida e instan a otras ciudades a seguir el mismo camino. Aïda Gascón, directora de la entidad en España, enfatiza que este no es solo un triunfo para los animales, sino un avance en términos de justicia social. “La vida de cada ser sintiente tiene un valor incalculable. No podemos justificar la crueldad en nombre de una tradición”, afirma. 

Ponte en acción

Aunque el alcalde Pierre Froustey ha anunciado que ya no habrá más corridas de toros por razones éticas y de bienestar animal, los taurinos han iniciado una fuerte presión mediática para que el alcalde retroceda en su decisión y han hecho un llamado a los taurinos de Francia y España para que los apoyen. Este miércoles 5 de febrero, representantes del sector se reunirán con las autoridades municipales con el objetivo de llegar a un acuerdo para "defender su libertad cultural".

Necesitamos expresar apoyo al alcalde Froustey, enviando correos al municipio de Vieux-Boucau para felicitarlos por esta decisión e instarlos a no ceder ante la presión de los taurinos:

La transformación de Vieux-Boucau demuestra que incluso las localidades más pequeñas pueden ser agentes de cambio global. La decisión del alcalde Froustey envía un mensaje claro: la cultura no está escrita en piedra y debe adaptarse a los valores de cada época. Con cada vez más territorios cuestionando la tauromaquia y explorando formas de entretenimiento que no impliquen sufrimiento, la pregunta ya no es si la sociedad puede permitirse abandonar esta práctica, sino si puede permitirse no hacerlo.