Documentos confidenciales filtrados por GAIA y Respect for Animals han descubierto que el conglomerado de lujo LVMH (dueña de Louis Vuitton, Dior y Givenchy) destinó 300 000 euros en 2024 a la International Fur Federation (IFF) para sostener una industria en declive que se alimenta de la explotación inhumana de animales. En granjas de países como Polonia, animales salvajes —visones, zorros y perros mapaches— son privados de sus conductas naturales provocándoles trastornos que se manifiestan en autolesiones y sufrimientos silentes. La imagen desgarradora de una granja donde la vida se reduce a una existencia confinada se convierte en un grito visual de alerta. "Cada euro invertido en esta industria es una afrenta a la vida y a la dignidad de seres sintientes", afirma Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España.
El urgente llamado a la conciencia
El panorama revela cifras contundentes que hacen inevitable el despertar ético de la sociedad. En Europa, la producción de piel ha descendido de 44 millones a 7 millones de animales en menos de diez años mientras el número de granjas se reduce drásticamente, evidenciando el rechazo colectivo a una práctica insostenible. La estrategia del lobby de la piel incluso contempla relocalizar la producción a zonas como Ucrania, lo que añade una dimensión inquietante a un escenario ya crítico. La estrategia es clara: mientras Europa avanza hacia la prohibición —21 países ya tienen vetos parciales o totales—, la IFF explora Ucrania y Rusia como nuevos centros de producción. El declive es imparable: Bélgica prohibió las granjas en 2023, y Finlandia redujo su producción en un 75%.
La solución radica en transformar los sistemas de producción y consumo. Con la presión de más de 1,5 millones de ciudadanos a través de la Iniciativa Ciudadana Europea Free Fur Europe y la inminente revisión de normativas en la Unión Europea en 2026, se abre la puerta a un nuevo paradigma en el que la protección animal es prioritaria. El abandono de prácticas crueles y el impulso de alternativas sostenibles se presentan como la respuesta para erradicar un modelo que se fundamenta en el sufrimiento. "Nuestro compromiso es claro transformar la complicidad en acción y cambiar un sistema arraigado en la crueldad por uno basado en el respeto y la vida", recalca Gascón.
El llamado a la acción es inaplazable La responsabilidad recae en cada uno de nosotros para impulsar un cambio real Desde boicotear marcas que sostienen esta cruel industria hasta compartir y apoyar campañas de transformación invita AnimaNaturalis a participar activamente en la construcción de un mundo sin crueldad. "Cada acción por pequeña que parezca es un paso decisivo hacia un futuro de justicia animal", concluye Gascón.
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