Llevo desde el año 2016 siendo activista de AnimaNaturalis, exactamente desde aquel “sin piel” que hacía años que no se realizaba en la capital. Aún recuerdo el calor que hacía ese día, os podéis imaginar a qué nivel siendo pleno agosto y encontrándonos en el corazón de Madrid. Cuando llegué sentía incertidumbre, todo era muy nuevo para mí, pero rápidamente me hicieron sentir como si llevara años en esto, me ayudaron a recordar por qué estaba allí y sin mucha demora supe que ese era mi lugar.
Desde entonces he colaborado con esta asociación en diferentes aspectos, pero lo que más me emociona es la familia que hemos creado como equipo, la unión que hemos conseguido me parece algo muy difícil de establecer con gente tan diferente; siempre es un gusto ver a las personas del equipo, hacer activismo juntos y viajar por todo el país defendiendo a los animales (creo que esto último es lo que más nos gusta hacer). Continuamente estamos contándonos batallitas, opinando de las cosas con total respeto y apoyándonos, es como si nos conociéramos desde hace muchos años.
AnimaNaturalis es organización, comunicación continua, crecimiento, saber estar y respeto, pero también hay que decirlo… trabajo duro; mucho y sincero. Confío en que esta asociación tendrá una larga vida para seguir defendiendo a los animales de la mejor forma que se puede hacer, porque al fin y al cabo nuestra labor más importante es dar voz a los que no la tienen y romper las barreras del injusto trato que se da a los que también sienten.
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AnimaNaturalis existe porque miles de millones de animales sufren en manos humanas. Porque esos animales necesitan soluciones. Porque merecen que alguien alce la voz por ellos. Porque los animales necesitan cambios. Porque en AnimaNaturalis queremos construir un mundo más justo para todos.
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