Los animales y la guerra

Hola a todos, hoy vengo a hablar sobre un tema que nos afecta a todos especialmente ahora. Cuando encendemos la televisión y vemos las noticias, el tema que ha acaparado mayor protagonismo estos últimos meses es el de la guerra entre Rusia y Ucrania. Seguro que más de una vez habéis escuchado a la gente decir que están muriendo muchas personas, que está sufriendo mucha gente y que cientos de niños están huyendo del país sin lugar al que ir. El problema es que desgraciadamente cuando usamos la palabra “gente”, nos referimos únicamente a los seres humanos.

Por supuesto, no le resto importancia a todas los niñas y niños, madres y padres que están viviendo tal masacre en estos momentos, pero yo me hago una pregunta: ¿qué pasa con los animales en la guerra?, ¿quién habla sobre ellos?, ¿quién los salva a ellos?

Ya no solo hablo sobre esta guerra en específico, ¿qué papel tienen los animales en una guerra? Os sorprenderá saber que los animales, aparte de ser víctimas de una guerra, son también usados como soldados.

Los delfines son uno de los pocos animales con una forma de comunicarse a través de silbidos similar a la de los seres humanos, además de ser ampliamente considerados los segundos animales más inteligentes después de los humanos. Pero como siempre, lo que hace el humano es aprovecharse de ello en contra de su voluntad.

Se ha demostrado con imágenes satelitales que, con el fin de proteger la base naval de Sebastopol en el Mar Negro, Rusia ha desplegado delfines entrenados en su invasión a Ucrania. Sebastopol es la base marina del Mar Negro de mas valor para Rusia, así que, para evitar sabotajes de los buques de guerra por parte ucraniana, se trasladaron dos corrales en la entrada al puerto de Sebastopol. Dentro del puerto, los buques rusos están protegidos de misiles ucranianos, pero no de ataques submarinos.

Satellite Image ©2022 Maxar Technologies

Pero esto no acaba aquí, pues la Marina de los Estados Unidos ya estudiaba a los delfines desde 1960, al principio limitándose a investigar cómo de hidrodinámicos eran y cómo podían aplicar esto a los torpedos. Aunque fue en 1667 cuando el Programa de Mamíferos Marinos de la Marina de los EEUU comenzó a entrenar delfines para protección forzada y misiones de búsqueda de minas.

Los delfines son también entrenados para proteger los puertos contra buzos enemigos. Los entrenadores y científicos invirtieron gran parte de su tiempo intentando convertir a los delfines en asesinos. Al principio, se intentaba entrenarlos para eliminar y acabar con los intrusos enemigos, arrancando la mascara de buceo del buzo y luego arrastrando a este hasta la superficie. Al ver que los delfines, animales extremadamente inteligentes y desarrollados, respondían a estos entrenamientos emocionalmente y saboteando las operaciones posteriores, decidieron cambiar el método. Ahora entrenan al delfín para que golpee un dispositivo en la espalda del buzo, haciendo que este suba a la superficie sin dañarlo. 

Según Galina Shurépova, entrenadora de delfines en la URSS para realizar misiones militares, “Los delfines son capaces de pensar y hablar y de experimentar el amor y el sufrimiento.” 

La útil capacidad de detección de los delfines en las aguas profundas es algo imposible de imitar por la tecnología actual, lo cual los hace mas importantes y valiosos para el ejército. Según el  director del programa de investigación de mamíferos marinos en la Universidad de Hawái en Kane’ohe Bay, Paul Nachtigall, “Son mejores que cualquier maquina a la hora de detectar minas” (refiriéndose a los delfines nariz de botella), son también mucho mas rápidos que las maquinas en hacerlo. Al detectar objetos, los sistemas mecánicos pueden sobrepasarse por el exceso de señales cerca de la orilla, problema del cual los delfines carecen.

Y no son solo delfines los usados como maquinas para el beneficio humano, sino que otros animales marinos cómo los lobos marinos y belugas toman un papel bastante crucial en este tema. Pues aunque los lobos marinos de California no tienen capacidades de sónar, lo compensan con una vista increíble. Según Nachtigall, “Se les da muy bien encontrar cosas que están fuera de lugar”, por ejemplo, equipo perdido en misiones.

A los leones marinos los entrenan para que, en caso de que un intruso entre al puerto, coloquen una pinza en la pierna del buzo, permitiendo así que los expertos que lo controlan desde la superficie puedan sacarlo muy fácilmente.

Dejando atrás el tema de los animales marinos, podemos encontrar múltiples ejemplos de animales utilizados y sacrificados únicamente para la guerra. Uno de los ejemplos más tristes es el de los perros bomba entrenados por los soviéticos.

Para esta historia viajamos a la URRSS, donde los soviéticos entrenaron a perros para que, con un mecanismo de bomba atado, se dirigieran a la parte inferior de los carros de combate alemanes y los hicieran explotar en mil pedazos. Cuando se empezó a plantear esta idea, no se esperaba dañar ni matar a los perros, sino hacer que estos dejaran la bomba bajo los carros y salieran de allí antes de la explosión. La dificultad del adiestramiento hizo que se dieran por vencidos e hicieran que los perros se suicidaran.

Como siempre, el ser humano vuelve a creerse un Dios, responsable de decidir quién merece vivir y quién merece morir. ¿Por qué no se ponen a humanos bajo los carros para que ellos exploten?, ¿Por qué siempre son los animales los que, según los humanos, merecen perder la vida? No se esta colaborando con los animales, se les esta engañando y chantajeando como a un niño con un caramelo, solo que en este caso los entrenan para matar. Los animales son sacrificados, separados de sus familias y entrenados únicamente para que nosotros, los seres humanos podamos arreglar los problemas que tenemos entre nosotros. Y aun así, seguimos diciendo que el ser humano es la especie más inteligente y con más valores del planeta. Debemos mirarnos un poco más a nosotros mismos, ser responsables de nuestros propios conflictos, y no arrebatar a animales, que no tienen consciencia de porqué están siendo entrenados, uno de sus derechos más básicos por nuestro egoísmo: su derecho a vivir una vida digna.