El próximo 26 de noviembre, la Feria del Libro de Guadalajara (FIL), la principal de su género en lengua española, entregará al escritor antioqueño Fernando Vallejo su premio anual. La obra de Vallejo, rebelde, renovadora, apasionada, bien merece este y otros reconocimientos, como el que ya se le hizo en el 2003 con el Premio Rómulo Gallegos en Caracas.
A Vallejo, sin embargo, tal vez le importa más emplear los premios para promover el amor por los animales que el amor por la literatura. El novelista señaló que, al igual que los 100.000 dólares del Rómulo Gallegos, los 150.000 del FIL se destinarán a socorrer los perros abandonados. Dos entidades mexicanas dedicadas a ello serán las beneficiadas con el apoyo económico, que Vallejo presta de manera discreta y constante a otras asociaciones en el exterior y en Colombia.
Por eso, una manera de rendir homenaje al autor de los ya clásicos El desbarrancadero y La virgen de los sicarios es abogar una vez más por el buen trato a los animales, en particular, el cariño por los perros. La crueldad con ellos revela los más oscuros recovecos del ser humano y contribuye a degradar la sociedad y la armonía del hombre con la naturaleza. La tozuda realidad muestra que a veces estamos más cerca de la barbarie que de la civilización. Y no solo con los perros.
Basta citar la denuncia hecha la semana anterior por la alta consejera presidencial de Colombia para la Biodiversidad, Sandra Bessudo, de que pescadores costarricenses, dedicados al comercio de aletas, mataron unos 2.000 tiburones en las islas Malpelo. Caso lamentable que Costa Rica investiga. O la temporada anual japonesa de caza de delfines para el mes de octubre, una matanza que tiñe las aguas de sangre. Y en noviembre, y hasta abril, vendrá la masacre de ballenas, que se creía había terminado, pero Japón anunció que el programa sigue. Sin olvidar que en Canadá anualmente también se desata una cacería de focas. Cada año exterminan unas 350.000.
En el caso de los perros, hay que recordar la espeluznante matanza mediante choques eléctricos de 345 canes perpetrada en la perrera de Bogotá en 1996, el envenenamiento de perros y gatos en Armenia y en el parque capitalino de El Virrey; unos años después, el ahorcamiento por unos policías de Puerto Tejada de una perrita y el asesinato de siete mascotas en Palmira hace seis meses. En Bogotá hay 611.000 perros, de los cuales unos 60.000 son callejeros.
No es una peculiaridad colombiana, sino universal. YouTube está infestada de videos donde se ven momentos de maltrato canino. La crisis económica es mala aliada de las mascotas. Muchos hogares, al no poder sostenerlos, regalan o abandonan sus perros. En Estados Unidos hay entre 6 y 8 millones de perros y gatos que buscan amparo o adopción. La mitad lo encuentra. Muchos de los restantes reciben inyecciones letales, pues en los refugios ya no caben más mascotas.
Triste panorama. Pero, con todo, la conciencia de los derechos animales avanza. En abril de este año, 200 ciudadanos pequineses bloquearon un camión que llevaba 500 perros al matadero con destino final, la cocina. También en China se canceló, a última hora, por presiones, el Festival de la Carne de Perro hace 15 días. Son pasos firmes en el camino de mostrarse más comprensivo y tolerante.
En el mundo hay más ratas y ratones (8.000 millones) que seres humanos (7.000 millones) y más perros (300 millones) que gatos (230 millones). Según el especialista Desmond Morris, de 4.236 especies de mamíferos, la más fiel a su amo es la de estos descendientes del lobo salvaje al que la civilización educó. ¿Logrará hacer lo mismo la civilización con el hombre?
Fuente: ElTiempo.com
Animanaturalis celebra el premio que se otorgará el próximo 26 de noviembre de 2011 en el marco de la Feria del Libro de Guadalaraja, exaltando la vida y obra de un hombre que ha dedicado su vida y sus recursos en beneficio de los animales, como ejemplo y motivacion a los animalistas de Colombia que día a día dedican sus esfuerzos en la protección animal.
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