El 2008, para la fiesta mayor de agosto, la población de Encamp realizó una tarde de vaquillas, una actividad que consiste en soltar en una plaza a vaquillas muy jóvenes, con el objetivo de que los jóvenes se diviertan mareándola y burlándola. Es común que al ser animales muy jóvenes y poco peligrosos, los participantes se envalentonen subiénose encima de ellas o las agarran por la cabeza para inmobilizarlas, entre otras "pruebas de fuerza". También reciben patadas, tirones de rabo, descargas eléctricas y en general, un trato abusivo y vejatorio.
En junio de este año AnimaNaturalis recibió la alerta de que después de 4 años, las vaquillas iban a volver a celebrarse en la población, espectáculo organizado por la comisión de jóvenes de las fiestas de Encamp.
Iniciamos una campaña de envío de cartas masivo y protestas virtuales a través de las redes sociales, con tal de dar a conocer a los andorranos el maltrato animal que significa este tipo de espectáculos.
El 22 de junio AnimaNaturalis estuvo presente en la localidad para documentar el espectáculo y denunciar el maltrato animal.
Hoy, desde el Gobierno se han manifestado de forma oficial contrarios a la celebración de correbous, al haber comprobado que no se respetó la legislación vigente en materia de protección de los animales y que, por lo tanto, ante futuras peticiones para hacer actas similares la respuesta será negativa. Concretamente, así lo han anunciado: “el Gobierno considera resolver desfavorablemente las solicitudes de celebraciones de espectáculos en los cuales intervengan animales domésticos con el objetivo de diversión”.
Esta decisión ha sido tomada tras admitir a trámite una denúncia presentada por la Asociación para la Protección de los Animales, Plantas y Medio ambiente (Apapma) y por la protectora Laika.
El mismo escrito del Gobierno pone de relieve que su decisión se debe también a que varias personas, a título individual, se dirigieron al departamento de Agricultura para quejarse del trato vejatorio que, a su entender, se dio a las vaquillas.
Desde del Gobierno estas reclamaciones permitieron constatar que “parte de los espectadores percibieron el acto de forma negativa”, una situación que confirmaría la vulneración de la Ley de protección de los animales. Y es que el texto, aprobado el año pasado, habla específicamente también de prohibir espectáculos que “puedan herir la sensibilidad de los espectadores".
En una entrevista reciente al Ministro de MedioAmbiente y Turismo de Andorra, Francesc Camp, se posicionó en contra de la celebración de las vaquillas. "Las bestias pueden sufrir. En su momento no se miraba tanto por la protección de los animales no salvajes. Ahora, está claro que quizás es un tipo de actividad que no conviene hacer."
Más información: Diari d´Andorra
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