Segunda década del siglo veintiuno, fecha en que la humanidad encontró un enemigo en común: el COVID-19 —vulgarmente conocido como Coronavirus—, éste, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), forma parte de una amplia familia de virus que pueden causar afecciones, desde un ligero resfriado hasta padecimientos más complejos. La aparición de este nuevo miembro representa una nueva cepa de coronavirus nunca antes encontrada en la especie humana.
Desde el inicio del brote, distintos medios de comunicación difundieron la posibilidad de que se tratase de una enfermedad zoonótica, grupo de enfermedades infecciosas que se transmiten de animales no-humanos a animales humanos. Sí, el contacto es directo, ya sea por situaciones simples, desde estar con los animales de compañía hasta cuestiones menos amigables como lo es el tráfico ilegal de especies. Pero antes de asustar al lector y que éste voltee a ver con “malos ojos” al integrante no humano de su primer núcleo, déjeme aclarar que no todas las zoonosis son graves ni están relacionadas con el coronavirus. Por otro lado, existe el contacto indirecto propagado por el consumo de productos derivados de éstos. No importa si hablamos de huevos de gallina, sopa de murciélago, carne de gorila o rata frita, el riesgo está latente tanto en platillos de Occidente como de Oriente. Así que, a partir de aquí, renunciaremos a cualquier atisbo de odio racial o especista.
Aclarado lo anterior, sabemos que desde el comienzo de la pandemia, donde los primeros casos fueron detectados en Wuhan, capital de Hubei, al centro de China, se creyó que el nacimiento del virus provenía de un mercado Huanan, conocido por la vendimia de una innumerable cantidad de animales exóticos. De tal manera, se apuntó a dos especies como su posible origen: el pangolín y el murciélago. El primero, es el mamífero que más se trafica de manera ilegal en el mundo. El pangolín es injustamente capturado y reproducido por fines comestibles ya que en China y África es vanagloriado al considerarse un manjar, y de igual forma, sus escamas están estrechamente ligadas a la medicina tradicional china. Un dato no muy conocido es que la sangre de estos animales suele utilizarse para las inflamaciones y achaques sanguíneos en humanos, por lo que se cree un remedio para la impotencia.
De acuerdo con un artículo de la Corporación Británica de Radiodifusión (BBC por sus siglas en inglés), un equipo de investigadores descubrió que los pangolines son portadores de un virus semejante al que ahora se propaga a nivel mundial. Sin embargo, análisis genéticos señalan que la similitud del virus es alta pero no alcanza el %99, parecido también con la segunda especie, el murciélago.
Los únicos mamíferos capaces de volar, los murciélagos, también figuraron en la lista de sospechosos al ya haber sido semilleros de otras epidemias de coronavirus. Por ejemplo, a comienzos del siglo en curso, fueron causantes —si es posible culparlos por ser atractivos a nuestro paladar— de la transmisión del Síndrome Respiratorio Agudo Grave, SARS, que afectó a más de ocho mil personas, de las cuales ocho centenares fallecieron. En la primera década, también hubo un brote menor, llamado Síndrome Respiratorio de Medio Oriente.
Navegando en las aguas menos profundas de YouTube, el lector puede encontrar un sin fin de recetas que incluyen a los quirópteros como ingrediente principal: al curry, a la miel, en sopa o en caldo. Tal es la demanda que el mercado negro ignora las recomendaciones sanitarias y prohibiciones hechas por múltiples organizaciones mundiales como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, mejor conocida como FAO, respecto a la venta de animales salvajes. El comercio de estos animales, además de estar catalogados en peligro de extinción, debe estar estrictamente vedado, ya sea para eliminar el riesgo de brotes futuros y respetar las formas de vida no humanas. Ningún animal merece ser privado de la vida a martillazos —ni de ninguna otra manera, pero eso no nos concierne en el texto— como en el caso de los pangolines.
Aunque no se ha confirmado qué tan involucrado estén ambas especies en el surgimiento de la nueva cepa, es posible que se trate de una cadena de transmisión, en otras palabras, el virus primero saltó de un animal salvaje, posiblemente el murciélago, a otro animal, presumiblemente el pangolín y después invadió a los humanos; pero este tinglado inter-especie sigue siendo una especulación. No hay nada confirmado, no con la veracidad necesaria.
Sin embargo, mi crítica versa entorno a la ignorancia de los titulares de medios masivos por sembrar miedos sobre la tentativa causa: “La culpa del coronavirus la tuvo el pangolín” o “Los murciélagos detonaron la pandemia”, por mencionar algunos. La desinformación, y peor aún, la mala información repercute severamente en las acciones de la población histérica y asustada por lo que significa poseer una enfermedad contagiada por alguien ajeno a su especie. Para fundar el motivo de mi enojo, haré alusión a una nota publicada por un canal ecuatoriano, TeleAmazonas, cito textualmente: “Medio millar de murciélagos atacados con fuego en Perú por temor al CO-VID19”. Es impensable imaginar lo que los dueños de los mercados chinos hicieron con los ejemplares vivos de pangolín, serpientes, tejones y las otras ciento doce especies traficadas en el mismo sitio. Le pido al lector que no llegue a la justificación nesciente que de otra manera, el destino de todos estos seres vivos habría sido igual de lóbrego.
Por Naomi León Carranza
Bibliografía
Briggs, Helen. “Coronavirus: cómo se estrecha el cerco sobre el pangolín como probable transmisor del patógeno que causa el covid-19” BBC 2020 https://www.bbc.com/mundo/noticias-52066430
Sin autor. “Medio millar de murciélagos atacados con fuego en Perú por temor al COVID-19” teleamazones 2020 http://www.teleamazonas.com/2020/03/medio-millar-de-murcielagos-atacados-con-fuego-en-peru-por-temor-al-covid-19/
Organización mundial de la salud “preguntas y respuestas sobre la enfermedad del coronavirus. 2020 https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/q-a-coronaviruses
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