El último informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre la Biodiversidad y los Servicios de los Ecosistemas (IPBES) señaló que la actividad humana ha alterado significativamente el 75 % de la tierra y el 66 % de los océanos de nuestro planeta.
Debido al crecimiento de la población humana, más de un tercio de la superficie terrestre y más del 70% de los recursos de agua dulce se utilizan para producir alimentos. La gran cantidad de residuos que vertemos en el agua ha creado 400 zonas muertas en el océano, áreas con tan poco oxígeno que casi ninguna forma de vida puede sobrevivir.
El informe del IPBES clasifica los cinco factores más importantes en la degradación del mundo natural hasta la fecha. Los cambios en el uso de la tierra y el mar es el factor más dañino, nuestra explotación directa de organismos aparece en segundo lugar, el cambio climático, en tercer lugar, la contaminación, en el cuarto, y el impacto de especies exóticas invasoras, en el quinto.
Hemos sometido a la naturaleza a una destrucción sin precedentes en las últimas décadas. Incendios, deforestación, destrucción de hábitats naturales, caza y tráfico ilegal de especies, contaminación de suelos y mares, quema de combustibles fósiles. Hemos vuelto insostenible nuestro sistema alimentario, el cual ha sido disfuncional y sumamente nocivo para el planeta, ya que solamente se ha centrado en “alimentar” a unos y a otros a dejarlos en la hambruna.
Desde los últimos meses todas las sociedades se han encontrado confinadas debido a la pandemia COVID-19, la cual nunca antes en la era moderna había causado tantos estragos. Las causas nuevamente apuntan al abuso y destrucción de la biodiversidad. Este 2020, la frase del Día Internacional de la Diversidad Biológica fue “Nuestras soluciones están en la naturaleza”, un tema amplio que contempla desde la conservación de los ecosistemas hasta la alimentación.
¿Y qué retos tiene México? Tenemos una de las mayores diversidades biológicas en el mundo con una gran variedad de ecosistemas y una vasta riqueza natural y de vida silvestre, y estamos quedando a deber tanto sociedad y gobiernos en todos sus niveles.
Celebramos que a finales del año pasado, se haya considerado al fin la modificación respecto a su naturaleza jurídica a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), para ser un organismo público descentralizado. Esto le dará un mayor campo de acción, sin embargo tenemos datos rojos en el país que deben preocuparnos a todos.
536 especies de agua dulce y el 53% de los anfibios están en peligro de extinción, al menos 10 especies de grandes felinos se encuentran en riesgo en el sureste del país. En nuestros mares, no solamente corre riesgo la vaquita marina con menos de 20 ejemplares actualmente, sino también el tiburón toro en el mar del Caribe, y así a la lista se suman el manatí, la totoaba, el ajolote, la guacamaya roja, el perrito de la pradera, el oso negro y evidentemente el jaguar. La segunda población más importante de jaguares después del Amazonas es la península de Yucatán, principalmente en la Reserva de la Biosfera de Calakmul y la Reserva de Sian Ka´an.
El Tren Maya implicará edificar una barrera física el cual no permitirá a muchas especies moverse dentro de su espacio, lo que implicará problemas para su alimentación, reproducción y cuidado de crías. La división artificial que dejaría el Tren “interrumpiría los corredores biológicos que conectan los ecosistemas de América central con la península de Yucatán”, según un estudio publicado por la doctora Shelley Alexander, del departamento de Ecología Espacial de la Universidad de Calgary, Canadá.
Debemos aprender las lecciones, estamos a tiempo, si no nos replantemos nuestra relación con el medio ambiente seguiremos en el futuro pagando las consecuencias como lo estamos haciendo ahora.
Necesitamos tu apoyo
AnimaNaturalis existe porque miles de millones de animales sufren en manos humanas. Porque esos animales necesitan soluciones. Porque merecen que alguien alce la voz por ellos. Porque los animales necesitan cambios. Porque en AnimaNaturalis queremos construir un mundo más justo para todos.
Las donaciones puntuales y periódicas de nuestros socios y socias son la principal fuente de nuestros fondos.