Estas imágenes fueron captadas por un equipo infiltrado de AnimaNaturalis para nuestra campaña junto a CAS Internacional, contra las fiestas crueles con los animales, que con la recuperación de la normalidad y el fin de algunas restricciones de la pandemia, están aflorando con fuerza en los pueblos de España.
Hay que actuar ahora para no volver a los niveles de 2019, cuando más de 2.500 toros eran embolados con fuego cada año en todo el país.
En Cataluña, una treintena de municipios organizan este tipo de festejos taurinos basados en el abuso, el maltrato y la crueldad hacia toros, vaquillas y jóvenes becerros, aunque la zona de mayor actividad y arraigo popular comprende las provincias de Castellón y Valencia en la Comunidad Valenciana, y algunos pueblos limítrofes con las anteriores de la provincia de Teruel y Zaragoza.
Los concursos de emboladores son eventos en los que se reúnen diferentes peñas que embolan con fuego hasta 6 toros en una misma noche. La peña que consigue colocar las bolas encendidas más rápido, recibe un premio en metálico. Cuando hay dinero en juego, suelen aflorar los nervios y la necesidad de ganar a toda costa. A menudo, los emboladores cometen errores que añaden más angustia al animal, que termina siendo inmovilizado por la cabeza durante más tiempo, o se enreda con la cuerda y sufre dolorosas caídas, entre gritos, empujones, golpes y brutales tirones de cuerda.
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