El pasado 6 de enero, en el Centro Histórico de Cartagena, un caballo se desplomó ante los ojos de cientos de personas. Este hecho sigue poniendo en tela de juicio a esta cruel actividad.
A pesar de las pruebas que relacionan esta práctica con el maltrato animal puestas a disposición por parte de la Procuraduría General de la Nación, además de la falta de control para prevenir la afectación de los caballos, la alcaldía de la ciudad amurallada no parece entender la gravedad del asunto.
Día tras día, son muchos los caballos obligados a trabajar bajo condiciones precarias, sin acompañamiento veterinario, desnutridos, deshidratados y realizando jornadas laborales de más de 12 horas paseando turistas por todo el lugar.
Desde AnimaNaturalis exigimos la terminación de esta actividad y el pronunciamiento del alcalde de Cartagena, William Dau Chamatt, frente a estos hechos que cada vez se hacen más frecuentes.
Es necesaria una normativa que prohíba definitivamente este tipo de explotación. Los animales no son fuerza de trabajo puesta para el beneficio humano, así que invitamos a todas las personas a no utilizar este servicio.
No seas cómplice del maltrato y la explotación animal, la protección y cuidado de los animales es nuestra responsabilidad.
¡Es tiempo de trascender a una sociedad más justa y respetuosa con todos los animales!
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