La diputada del Congreso del Estado Maria del Mar Ávila Ibarguengoytia presentó una iniciativa de ley para crear el Instituto Zacatecano para la Preservación y Promoción de la Cultura Taurina. Pretende que ahora se destinen recursos públicos, que en su estado son necesarios para rubros como salud o seguridad, para fomentar escuelas taurinas, proyectos de inversión para corridas, asesorar técnicamente a criadores de Lidia, gestionar la obtención de recursos entre otros.
Bajo el argumento del decreto que declaró a la tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado realizada por el propio Congreso el 26 de Junio del 2013, ahora la diputada Maria del Mar Ávila Ibarguengoytia pretende justificar la creación de este Instituto para promover los espectáculos taurinos en su Estado, en otras palabras, promover con dinero público un negocio privado de los ganaderos de Lidia y promotores de éstos eventos, sin embargo en la exposición de motivos a la diputada se le olvidan las posturas oficiales de muchas dependencias de cultura y de la propia U
Ya la Secretaría de Cultura del Gobierno Federal tiene una postura ya clara respecto a las corridas de toros, no las reconoce como actividad cultural ya que conllevan actos de crueldad animal. Para dieciséis dependencias de cultura estatales del país categóricamente tampoco consideran como expresión cultural las corridas de toros. Ninguna de las Declaratorias que han realizado algunos estados incluyendo Zacatecas, que es la que invoca la diputada Ávila Ibarguengoytia, han sido reconocidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (UNESCO). La declaratoria que realizó el Ministerio de Cultura de Francia en el 2011 reconociendo como patrimonio cultural inmaterial la tauromaquia fue derogada en el 2015 por la Corte de Apelación francesa y aquí en México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dictó ya sentencia en relación al amparo 163/2018 que ninguna práctica que suponga maltrato y sufrimiento innecesario de los animales puede considerarse una expresión cultural amparada por la Constitución, muy al contrario a la justificación legal que pretende darle la diputada Ávila basándose justamente en ese derechos constitucional.
Nuevamente vemos como un grupo de personas quieren imponer su idea, basada en su gusto o afición en que un acto de violencia, crueldad y muerte de un animal es cultura, cuando ya hay criterios de dependencias de cultura en el país, posturas de organismos internacionales y resoluciones judiciales que dicen lo contrario, pero insisten en creer que sus gustos son arte y cultura y ahora usan a legisladores para protegerse de la eminente desaparición de estos espectáculos sangrientos que reportan cada vez menos afición, y que por tal motivo, para sobrevivir quieren ahora recursos públicos para su negocio disfrazándolo de arte y cultura.
En la sede de AnimaNaturalis en México consideramos que nuestro país requiere que se destinen recursos públicos a muchas otras causas primordiales para atender la violencia que se sufre y del que el Estado de Zacatecas lamentablemente registró más de mil homicidios dolosos, siendo una de las entidades más violentas en México, por lo que seguir fomentando y protegiendo espectáculos de violencia y muerte es ir en sentido contrario a las necesidades urgentes que se requieren para acabar con la violencia que nos afecta a todos.
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