Las fiestas del municipio de Amposta, Tarragona, se iniciaron el sábado 13 de agosto con el pregón de la pintora Mari Chordà. La invitada de honor quiso añadir un anexo al final de su discurso, para lamentar públicamente “la tortura a los animales” que se defiende como tradición en su pueblo.
“Esta mañana me he asomado a la ventana y he visto un panorama muy desagradable. Un grupo de jóvenes rodeaban a un toro, que no quería moverse, que estaba tirado en el suelo. Uno de ellos ha cogido un palo y ha empezado a golpear al animal, a torturarlo”.
“Ha sido como, de repente, visitar un paisaje devastado. Verdaderamente muy triste. No quería acabar este pregón de fiestas con un acto de salvajada, pero no me ha quedado otro remedio. Siento que se fomente en nuestras calles la tortura animal”, culminó Chordà ante los gestos de incomodidad del alcalde de Amposta.
Las palabras de la pregonera inmediatamente causaron reacciones en el público, que estalló en aplausos. La expresión del alcalde Adam Tomàs dejaba muy claro que estas declaraciones no estaban en el guión. El pueblo de Amposta agradeció la valentía de Chordà, que supo aprovechar el espacio para denunciar estos actos crueles tan arraigados en la zona. Como era de esperar también, algunos aficionados a los bous se levantaron y abandonaron la plaza, ofendidos.
El domingo 14 de agosto, fuentes anónimas de Amposta advirtieron a AnimaNaturalis de que el primer toro embolado de las fiestas había muerto de un infarto, inmediatamente después de prenderle las astas. A pesar de los esfuerzos de los grupos taurinos para evitar que se tomasen imágenes, nuestra directora en España, Aïda Gascón, publicaba esta foto en Twitter:
Por el momento, el Ayuntamiento de Amposta no se ha pronunciado al respecto, aunque en sus redes sociales ha presumido de un inicio de los espectáculos taurinos “sin incidencias”. Sin embargo, gracias a la colaboración ciudadana tenemos constancia de, al menos, otro suceso que ha sufrido un toro ensogado al golpearse con fuerza contra una farola.
Aïda Gascón ha denunciado el abuso de forzar al animal a correr por las calles “durante recorrido de 50 minutos, con una cuerda atada por delante y otra por detrás, en los días más calurosos del año.”
Las imágenes dejan constancia, una vez más, de que este tipo de eventos solo traen sufrimiento, dolor, e incluso la muerte de animales indefensos por el divertimento de unos pocos.
Desde AnimaNaturalis agradecemos la claridad de las palabras de Mari Chordà, y alabamos que personas de su influencia se atrevan a posicionarse públicamente en contra de las fiestas crueles.
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