Los integrantes de DXE encontraron durante su incursión en las instalaciones del gigante cárnico lechones alimentándose de la sangre de su madre, hembras embarazadas en jaulas tan pequeñas que les impedían cualquier movimiento y cerditos abandonados en los pasillos para morir de hambre o deshidratación.
Smithfield Foods, que en 2019 reportó unos ingresos de 24.000 millones de dólares, pedía cinco años y medio de prisión para los activistas por rescatar a dos animales enfermos cuyo valor en el mercado no supera los 42,50 dólares cada uno. Sólo en la explotación de Circle Four Farm en Utah, donde tuvo lugar la acción, se procesan más de 1 millón de cerdos al año.
El veredicto favorable a Hsiung y Picklesimer pone fin a cinco años de investigación por parte de agencias como el FBI y la oficina del fiscal general de Utah. Tras el rescate de Lily y Lizzie, recibieron atención veterinaria y fueron trasladadas a un santuario en Colorado. El FBI comenzó entonces su persecución, hasta llegar a allanar su nueva residencia y cortar un trozo de la oreja de Lizzie para demostrar su pertenencia al mayor productor de carne de cerdo del mundo a través de un análisis de ADN.
El juicio ha generado gran revuelo y seguimiento por parte de la comunidad animalista, quien identificaba este proceso con una muestra de poder corporativo y de falta de transparencia en cuanto a la producción alimentaria en masa.
Además de prohibir cualquier mención de los acusados para explicar los motivos de su incursión ilegal en la granja, el juez del distrito eliminó los testimonios sobre bienestar animal, bloqueó el acceso del jurado a las imágenes filmadas por los acusados esa noche y modificó las fotos de los lechones para evitar mostrar las condiciones en las que vivían los animales.
Los fiscales han alegado que la difusión de estas imágenes ha dañado la imagen de la compañía. Jim Monroe, portavoz de Smithfield explica que crían cerdos “para alimentar a las personas con proteínas sanas, nutritivas y asequibles” y que cualquier desviación de sus altos estándares para el cuidado de los animales “es contraproducente para esta misión y nunca se tolerará.” Para Monroe, el veredicto animará a otros activistas a invadir granjas y “violar las políticas de bioseguridad” establecidas para evitar la propagación de enfermedades.
El objetivo de DXE era documentar el uso de jaulas de gestación que la compañía había prometido dejar de utilizar en 2017, pero que aún se conservaban por miles en la explotación de Circle Four Farms, en Utah.
La absolución de Hsiung y Picklesimer por el jurado de Utah sienta un importante precedente para el activismo por los derechos de los animales. “En lugar de tratar de encarcelarnos, lo mejor que puedes hacer es cuidar a tus animales”, ha declarado Hsiung en una entrevista en la que se dirige a la empresa.
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