AnimaNaturalis y CAS International exponemos en Valencia por primera vez el horror que esconden las monterías, una de las modalidades más brutales de España. Decenas de activistas mostraron las imágenes conseguidas durante la investigación encubierta.
A pesar de que el PSOE se comprometió a elaborar una legislación estatal específica sobre perros de caza para justificar su exclusión de la ley de bienestar animal, ahora alegan que no es una prioridad al ya existir legislación autonómica que los incluye.
En el acto de protesta, las personas activistas mostrarán imágenes de gran formato de las terribles escenas que deja la caza.
“Es imposible describir en pocas palabras el horror que sufren los animales en la caza y es aún más difícil justificar semejante brutalidad con argumentos pseudo-ecologistas o de falso amor a la naturaleza”, explica Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España. “La única razón por la que este tipo de barbaridad sigue manteniéndose es porque está oculta y quienes deben tomar decisiones sobre ella, prefieren mirar hacia otro lado. Hoy queremos hacer un poco más difícil que cierren los ojos”, agrega.
Esta es la realidad de los perros en la caza. Ya en 2021, el Parlamento Europeo trasladó al Gobierno español y las 17 autonomías su preocupación por la precaria situación y falta de protección de estos animales. Sin embargo, lejos de escuchar esas recomendaciones, tanto la montería como la rehala son consideradas Bien de Interés Cultural (BIC) en Andalucía y Extremadura desde 2020 y 2022, respectivamente.
En la mayoría de CCAA los perros usados en caza están contemplados como animales de compañía, salvo en excepciones como Andalucía, donde estos entran en la categoría de animales de producción y son considerados “aprovechamientos cinegéticos”.
Desde AnimaNaturalis y CAS denunciamos que, en los hechos ninguna ley autonómica evita exponer a los perros usados para cazar a situaciones que puedan suponer un peligro para su integridad física o provocarles la muerte. Denunciamos además que las leyes son demasiado laxas y que tampoco evitan que puedan pasar la mayor parte del tiempo encadenados o encerrados en jaulas al aire libre bajo inclemencias meteorológicas extremas.
A nivel nacional, las rehalas y perreras deportivas cuentan con la Ley 1/1970 de caza, que estipula que es necesario que los dueños de las rehalas estén en disposición de una licencia especial. Es el tipo de licencia C. La misma que autoriza a cazar con aves de cetrería y hurones. A pesar de esto, ningún organismo del Estado dispone del dato segregado de cazadores que utilizan perros.
"Es inaudito que España sea nuevamente la excepción de Europa en las prácticas más lesivas con los animales. Es urgente ponerle fin a modalidades como la montería y otras formas de caza extremadamente brutales y peligrosas", explica Gascón. "Sinceramente, creemos que la caza es una actividad cruel e innecesaria, y debiéramos avanzar como sociedad a su eliminación total. El primer paso es acabar con sus expresiones más inhumanas, como es la montería", agrega.
El lobby de la caza ha influido en legislaciones que evitan a toda costa regular, controlar y limitar su actividad. Esta evidencia hace imperativo que las autoridades se hagan responsables de una mejora de las leyes de protección de los perros utilizados en la caza. Ya sea a nivel estatal o en cada Comunidad Autónoma, "toda reforma debiera contar con el asesoramiento de las organizaciones de protección animal y estar basada en argumentos científicos y no sólo razonamientos comerciales o mera tradición", explica Gascón.
Por otro lado, las licencias de caza presentaron en 2020 su cifra más baja de las dos últimas décadas, una tendencia descendente que no repunta desde 2010. Cabe destacar que el 85% del territorio español es de aprovechamiento cinegético -en La Rioja llega al 99%-.
El objetivo de nuestra investigación es denunciar el maltrato y sufrimiento sostenido y normalizado de los animales en la caza. Las situaciones específicas que se han registrado no son excepciones o negligencias, sino el estándar de esta práctica. "No es nuestra intención denunciar a cazadores o incluso criminalizar a las personas que aparecen en la investigación. Nuestra preocupación son los animales y estas imágenes buscan que las autoridades atiendan el problema urgente de su protección", agrega Gascón.
Tanto el bienestar como los derechos de los animales son cuestiones de interés público, por lo que consideramos que este trabajo debe servir para mantener vivo el debate y seguir avanzando en su defensa.
AnimaNaturalis y CAS International solicitan a la población firmar la petición para pedir una mayor protección para los perros usados para la caza, eliminando con urgencia las modalidades más peligrosas e innecesarias.
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