Este sábado 5 de octubre, con motivo del Día Internacional del Pulpo, un centenar de activistas y defensores del bienestar animal se congregaron frente al Congreso de los Diputados en Madrid para exigir el fin del proyecto de la primera granja industrial de pulpos en el mundo. La movilización, convocada por una coalición de nueve organizaciones, entre ellas AnimaNaturalis, Greenpeace y Compassion in World Farming, representa un grito contundente contra la explotación animal y los riesgos ambientales que supondría esta industria.
“La cría intensiva de pulpos es una aberración ética y medioambiental. No podemos permitir que España se convierta en pionera de una práctica tan cruel y peligrosa”, declaró Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España. La manifestación incluyó la presencia de pancartas, performances artísticas y discursos de representantes de las diferentes organizaciones, todos con un mensaje claro: la granja de pulpos debe ser detenida antes de que se convierta en un precedente para futuras explotaciones industriales.
El proyecto de Nueva Pescanova en Las Palmas de Gran Canaria pretende criar hasta un millón de pulpos al año, bajo condiciones artificiales y ajenas a su naturaleza. Estos animales, conocidos por su inteligencia y comportamiento solitario, serían sometidos a luz artificial las 24 horas del día y sacrificados mediante congelación, un método señalado como extremadamente cruel por expertos en bienestar animal.
“La comunidad científica ha dejado claro que no es posible criar pulpos en cautiverio sin causarles sufrimiento. Estamos hablando de una industria que no tiene justificación desde el punto de vista del bienestar animal”, señaló Elena Lara, de Compassion in World Farming, durante la protesta. Los manifestantes subrayaron que, además del sufrimiento de los pulpos, la cría industrial de esta especie plantea graves riesgos para el medioambiente y la salud pública.
Una voz global contra la explotación animal
La protesta en Madrid no es un evento aislado. La lucha contra la granja de pulpos ha ganado un apoyo masivo a nivel internacional. Más de 1.500.000 personas en todo el mundo han firmado peticiones para detener el proyecto, mientras que en países como EE.UU., Dinamarca y Alemania se están tomando medidas legislativas para prohibir o regular estrictamente la cría de pulpos.
Taïme Smit, de Acción Océanos, destacó durante la protesta que “esta granja no solo es inhumana, sino que también es insostenible. Los pulpos necesitan tres kilos de pescado para producir un solo kilo de carne, lo que aumenta la sobreexplotación de los recursos marinos y pone en peligro la biodiversidad de los océanos”. Además, la movilización llamó la atención sobre el uso intensivo de agua de mar y la dependencia de combustibles fósiles que haría de este proyecto una amenaza directa para las áreas marinas protegidas cercanas.
La protesta frente al Congreso de los Diputados fue acompañada por una carta enviada al Gobierno canario y a los eurodiputados, en la que más de 30 representantes parlamentarios instan a rechazar la granja de pulpos. Las organizaciones que impulsan esta acción exigen que España siga el ejemplo de países como Estados Unidos, donde el Estado de Washington ya ha prohibido este tipo de explotaciones antes de que siquiera se plantearan.
Aïda Gascón reafirmó durante su discurso que “la cría de pulpos en cautiverio no es una solución para la sobreexplotación de las poblaciones salvajes. Debemos optar por gestionar de manera sostenible nuestros océanos, no por crear más industrias destructivas. Hoy, cientos de personas han dejado claro que no aceptaremos este proyecto”.
El mensaje de los manifestantes es claro: la cría industrial de pulpos no tiene lugar en una sociedad que respeta el bienestar animal y protege el medioambiente. Ahora, la pelota está en el tejado de los legisladores españoles, quienes deberán decidir si permitirán que este proyecto avance o si tomarán medidas para alinearse con los esfuerzos globales en contra de la explotación animal
Próximos pasos en la lucha por los pulpos
A pesar de la contundente movilización, la batalla no ha terminado. Las organizaciones han prometido seguir ejerciendo presión tanto a nivel nacional como internacional para frenar la granja de pulpos antes de que sea demasiado tarde. En palabras de Leili Kashani, de Ekō, “más de 638.000 personas de nuestra comunidad en España y alrededor del mundo han pedido al gobierno español que detenga la construcción de la primera granja de pulpos del mundo por parte de la gigantesca empresa marisquera Nueva Pescanova. También le pedimos al gobierno español que apruebe leyes que prohíban la cría comercial del pulpo. Para España, sería una vergüenza ser el primer país del mundo en construir una granja de pulpos, pero un orgullo prohibirla.”.
AnimaNaturalis y el resto de organizaciones continuarán impulsando campañas de sensibilización y movilizaciones hasta que el proyecto sea descartado. “No pararemos hasta que logremos detener esta atrocidad. Invitamos a todos los que quieran unirse a la causa a colaborar con nuestras acciones y exigir un futuro más justo para todos los seres vivos”, concluyó Gascón.
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