Las Fiestas del Pilar, conocidas por su música, danzas y tradiciones, vuelven este año con una amarga sorpresa: el aumento del número de corridas de toros y novilladas, además del regreso de otros espectáculos taurinos, como toros embolados y ensogados, que durante ocho años habían sido vetados en Zaragoza. Esta decisión del nuevo gobierno municipal, en alianza con Vox, ha encendido las alarmas entre activistas y defensores de los derechos de los animales.
“La pandemia demostró que la población no extraña las corridas de toros. Esa cruel industria depende casi exclusivamente de las subvenciones y ayudas públicas. Estamos hartos de seguir pagando por el sufrimiento de animales que nada tienen que ver con El Pilar”, declara Ana Gallego, coordinadora de AnimaNaturalis en Zaragoza. La vuelta de estos espectáculos fractura a la sociedad y contradice el espíritu festivo de las celebraciones.
Además de la reintroducción de las corridas, la nueva administración ha permitido otros eventos taurinos violentos, como el toro embolado y el toro de soga, espectáculos que habían sido prohibidos en 2016. Estos eventos no solo son peligrosos para los animales, sino también para los asistentes, en su mayoría jóvenes que participan para recibir aprobación social.
La decadencia de una práctica violenta
A pesar del renovado apoyo institucional, la tauromaquia enfrenta un declive inevitable. Según el Anuario de Estadísticas Culturales del Ministerio de Cultura, el número de corridas taurinas se ha reducido a la mitad en la última década, pasando de 2,684 en 2009 a 1,425 en 2019. Esto refleja un cambio en la conciencia pública hacia el bienestar animal, donde cada vez más personas rechazan esta práctica.
Estudios recientes también lo confirman. Una encuesta realizada por Ipsos I&O Public para CAS International muestra que el 77% de los encuestados en España, Francia y Portugal consideran que la tauromaquia inflige un sufrimiento excesivo a los animales. “La evidencia científica y las contradicciones de las normativas de bienestar animal debieran bastar para abrir un debate ineludible acerca de la continuidad de las corridas de toros”, expresa Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España. Sin embargo, a pesar de la oposición creciente, los espectáculos taurinos continúan debido a las subvenciones públicas que mantienen viva esta tradición.
Las cifras son contundentes. En España, se calcula que entre 18.000 y 20.000 toros, novillos y becerros mueren anualmente en estos festejos. La sociedad, sin embargo, está empezando a cambiar su postura. Según una encuesta de SocioMétrica para El Español en 2019, más del 50% de los españoles apoyan la prohibición o limitación de las corridas de toros. Este rechazo ha crecido en los últimos años, consolidando un movimiento que exige el fin de la tauromaquia como parte de la cultura nacional.
El impacto en las nuevas generaciones
El aumento de los festejos taurinos durante las Fiestas del Pilar no solo revive la crueldad hacia los animales, sino que también refuerza un enfoque educativo preocupante. El Ayuntamiento de Zaragoza ha firmado un convenio de 25.000 euros con la escuela de tauromaquia "Mar de Nubes", destinada a enseñar a menores desde los siete años a enfrentarse a toros. “Esta medida legitima el sufrimiento animal como una actividad recreativa y formativa, contradiciendo las tendencias sociales y políticas que abogan por la protección y bienestar de los animales”, advierte Gallego.
El hecho de que se promueva este tipo de formación a niños y adolescentes contradice los avances en la educación sobre derechos animales y empatía hacia otras especies. Es fundamental que los jóvenes crezcan con valores de respeto y compasión, en lugar de normalizar la violencia hacia seres vivos.
Una oportunidad para el cambio: ILP #NoEsMiCultura
En respuesta a este retroceso, AnimaNaturalis y otras organizaciones han impulsado la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) #NoEsMiCultura, que busca reunir 500.000 firmas para eliminar el blindaje legal de la tauromaquia. El objetivo es derogar la Ley 18/2013, que declara la tauromaquia como patrimonio cultural de España, devolviendo así a los gobiernos autonómicos y locales la capacidad de decidir sobre estos espectáculos.
“A pesar de que el Tribunal Constitucional ha dictaminado que la tauromaquia no puede ser prohibida, la reciente ILP #NoEsMiCultura con toda seguridad derogará la declaración de patrimonio cultural que otorga esa protección especial a las corridas de toros”, comenta Gascón. Este movimiento legislativo refleja el creciente consenso social sobre la necesidad de poner fin a una tradición que ya no tiene cabida en una sociedad que aboga por el bienestar animal.
Es hora de repensar nuestras tradiciones y dejar atrás aquellas que promueven el sufrimiento innecesario. Las Fiestas del Pilar pueden seguir siendo un espacio de encuentro, ofrendas florales, jota y alegría sin la necesidad de espectáculos violentos. “Es tiempo de rechazar la crueldad y celebrar la vida en todas sus formas”, concluye Gallego.
Con iniciativas como la ILP #NoEsMiCultura y el creciente rechazo público hacia la tauromaquia, el futuro parece inclinarse hacia una cultura que valore la vida y el respeto por los animales. Ahora, más que nunca, es el momento de unirnos en la defensa de aquellos que no tienen voz.
Necesitamos tu apoyo
AnimaNaturalis existe porque miles de millones de animales sufren en manos humanas. Porque esos animales necesitan soluciones. Porque merecen que alguien alce la voz por ellos. Porque los animales necesitan cambios. Porque en AnimaNaturalis queremos construir un mundo más justo para todos.
Las donaciones puntuales y periódicas de nuestros socios y socias son la principal fuente de nuestros fondos.