Triunfo histórico: prohíben instrumentos de tortura en corridas de toros de Ciudad de México

Un fallo judicial sin precedentes ordena suspender el uso de herramientas que infligen dolor físico y psicológico a los toros en la Plaza México. La decisión, basada en leyes de protección animal, desafía la justificación cultural de la tauromaquia y abre un debate urgente: ¿es ético mantener tradiciones que normalizan la crueldad?

27 febrero 2025
CDMX, México.

El 26 de febrero de 2025, la jueza federal Sandra de Jesús Zúñiga emitió un fallo revolucionario: prohibió a la alcaldía Benito Juárez otorgar permisos para eventos que utilicen instrumentos como puya, espada o muleta en corridas de toros. Estos objetos, diseñados para provocar dolor y hemorragias, han sido parte esencial de un espectáculo donde el sufrimiento animal se disfraza de arte.

La sentencia detalla cómo los toros enfrentan “lesiones musculares, fallas renales, asfixia y muerte por pérdida de sangre lenta”, según pruebas científicas presentadas en el caso. “No hay derecho cultural que justifique la tortura”, subrayó la magistrada, refiriéndose a las leyes federales y locales que protegen a los animales. Aunque la Plaza México anunció su intención de continuar con eventos taurinos, la resolución marca un punto de inflexión en la lucha contra el maltrato institucionalizado. La jueza ordenó a la alcaldía Benito Juárez no emitir permisos para la celebración de eventos que impliquen maltrato hacia a los animales, y que en caso de que autorice corridas de toros, éstas no podrán contener actividades o instrumentos que impliquen el maltrato animal “en términos de la presente ejecutoria, como lo es el acero, cachetero, puntilla, pinche, puya o pica, muleta, y cualquier otro que pudiera ocasionar un daño físico o psicológico”.

Mario Zulaica, gerente de la Plaza México, defendió durante un parlamento abierto que “la sangre motiva a los toros a embestir”, alegando que su ausencia causaría estrés en los animales. Sin embargo, esta postura choca con estudios veterinarios citados en el fallo: los toros no embisten por instinto, sino como reacción al dolor agudo provocado por las puyas y banderillas.

Arturo Berlanga, director de AnimaNaturalis en México, responde con contundencia: “No existe tradición que valga más que la vida. La tauromaquia no es cultura, es violencia disfrazada de folclor. Cada espada que clavan en el lomo de un toro es una herida a la conciencia de nuestra sociedad”.

Los datos son irrefutables: durante la lidia, los toros experimentan niveles de cortisol (hormona del estrés) equivalentes a los de un humano en tortura. Además, mueren por asfixia o shock hipovolémico, conscientes hasta el último momento. “No cabe duda que durante dicha actividad, el animal sufre una serie de lesiones y estímulos agresivos que le causan un dolor excesivo y agónico. Atento a lo anterior, se puede concluir que el dolor excesivo, el sufrimiento y la muerte agónica del toro que conlleva la realización la fiesta taurina, no es susceptible de ser tutelado por los derechos culturales, al resultar, en sí y por sí mismo, incompatible o irreconciliable con el derecho humano a un medio ambiente sano”, señala la sentencia.

El fallo judicial no solo protege a los toros, sino que invita a repensar cómo definimos nuestra identidad cultural. Países como Colombia, España y Francia han reducido o prohibido las corridas tras reconocer su crueldad. México podría liderar este cambio en América Latina, sustituyendo espectáculos violentos por expresiones artísticas que no involucren sufrimiento animal.

Organizaciones como AnimaNaturalis proponen alternativas: festivales ecuestres, danzas tradicionales o exhibiciones de ganado en libertad. “El verdadero progreso está en crear tradiciones que celebren la vida, no la muerte”, insiste Berlanga.

Tú puedes terminar con el martirio de los toros

La sentencia aún podría ser apelada, pero su impacto ya es imborrable. Para que este triunfo legal se convierta en una victoria definitiva, se necesita presión social constante. Apoya las campañas de AnimaNaturalis y las plataformas como México Sin Toreo, para que el fin de la tauromaquia llegue a todo el país. Tanto como parte de nuestro equipo de voluntariado como donando una pequeña cantidad, nos ayudas a hacer realidad este sueño. "Cada persona que alza la voz acerca la abolición de estas prácticas. El silencio nos hace cómplices”, concluye Berlanga.