Hoy, al celebrar 22 años de lucha, mi corazón late sintiendo las voces de miles de personas que se han unido a esta causa en todo este tiempo. Cuando comenzamos, hablar de derechos animales sonaba a utopía. El veganismo era un término casi desconocido en nuestra región, el uso de pieles se normalizaba en las pasarelas, y los animales en circos y laboratorios sufrían sin que nadie levantara la vista. Ahora parece muy extraño imaginar que hubo un tiempo en que los animales no importaban nada y hablar de su bienestar era como razonar con una piedra.
Recuerdo aquellos primeros años: explicar por qué un toro no era un objeto de entretenimiento, o por qué un abrigo de piel era un símbolo de crueldad. Hoy, gracias a vuestra voz, el veganismo florece en cada esquina. Los supermercados se llenan de leches vegetales, y marcas que antes testaban en animales ahora buscan alternativas éticas. Aquellas campañas contra las pieles han hecho que vestirlas sea un acto repudiado socialmente y cada vez hay más marcas internacionales que se suman a su rechazo.
Pero no nos detuvimos ahí. Gracias al trabajo de centenares de activistas de coraje y pasión, llevamos el mensaje a millones. Fuimos pioneros en usar la fuerza de los medios de comunicación y con creatividad logramos que fuera imposible mirar para otro lado. Aunque algunos cuestionen nuestro enfoque, cada vez son más los que abren sus ojos y corazones: los animales no son recursos, ni alimentos, ni espectáculo. Son seres sintientes, y su vida es preciosa. Poco a poco, esas piedras que aprendieron a latir.
Claro, el camino no ha sido fácil. Todavía hay gallinas hacinadas en jaulas, perros abandonados en calles o sufriendo un calvario en los cheniles de cazadores, y aún el dinero público alimenta tradiciones crueles que insultan la empatía. Pero cada victoria nos recuerda que el cambio es posible. Los circos con animales son parte de un oscuro pasado en los territorios en que trabajamos, la tauromaquia ha sido rechazada en Colombia, declarada ilegal y corrupta en el proceso que luchamos en México y conseguimos que 715.606 personas firmaran en España para repudiar la sangre, tortura y muerte como parte de la cultura.
Estos logros no son individuales; son de todas y todos. Porque yo soy AnimaNaturalis, y cada persona que ha dedicado su tiempo, su esfuerzo y su pasión a esta lucha también lo es. Cada firma, cada protesta, cada plato de comida vegana compartido, cada donativo, ha tejido esta red de compasión. AnimaNaturalis no sería nada sin su valiente equipo, sus voluntarias y voluntarios que alzan la voz aunque el mundo les llame “radicales”. Desde España y América Latina, hemos sembrado un futuro donde la empatía ya no tiene fronteras y admite a todos los animales.
Aunque el desafío es enorme, hoy veo un horizonte luminoso. La juventud exige sostenibilidad, las empresas temen perder clientes si ignoran la ética, y gobiernos comienzan a legislar a favor de los animales. Estamos rompiendo paradigmas, y eso me llena de orgullo.
Gracias, de todo corazón, por estos 22 años de confianza. Gracias por creer que un mundo más justo es posible, incluso cuando las críticas superaban a los apoyos. Gracias por no rendirse ante la indiferencia. AnimaNaturalis es y seguirá siendo un faro de esperanza que se alimenta del fuego de cada uno de sus corazones.
Me pregunto qué pensarán los niños del futuro cuando vean documentales sobre el trato que los animales recibían en nuestra época. Estoy seguro de que se horrorizarán y nos preguntarán si todo aquello era real. Pero, sobre todo, nos mirarán a los ojos y nos dirán: "¿Dónde estabas cuando todo esto ocurría? ¿Qué hiciste tú para evitarlo?" Y entonces, con la frente en alto y el corazón ardiendo de orgullo, sabremos exactamente qué responder.
Con gratitud infinita y un abrazo cálido,
Francisco Vásquez Neira
Cofundador y Presidente
AnimaNaturalis Internacional
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