El Encierro Humano: un encierro para celebrar la vida
Pamplona es una ciudad conocidísima por sus encierros crueles. Cada Julio, las calles de Pamplona son tristemente recordadas por unas imágenes brutales donde aparecen toros resbalando y personas corneadas. Imágenes dantescas que muestran la cara más bárbara de España y que van acompañadas de cifras que informan del número de heridos, y algunas veces, incluso, del número de muertos. Escenas descritas y popularizadas por Ernest Hemingway.
Sin embargo, por sexto año consecutivo, dos días antes del inicio de los Sanfermines, las calles de Pamplona fueron tomadas por un encierro muy especial, cuya peculiaridad es ser un encierro libre de crueldad y sin peligros, donde ninguno de sus participantes termina torturado hasta la muerte en una plaza, ni ponen sus vidas en riesgo: en este encierro no se lamentarán ni muertos, ni lisiados. No hay sustos ni sirenas de ambulancias. Todos lo pasan bien y nadie se divierte a costa de nadie, la fiesta es igual de buena para todos.
El Encierro Humano, organizado por PeTA es un encierro que celebra la vida y no la muerte.
Ningún otro evento antitauromaquia consigue el éxito mediático internacional que consigue el Encierro Humano. Gracias a éste, los ciudadanos de todo el mundo pueden ver que NO todos los españoles apoyamos o permanecemos indiferentes ante la barbarie de los encierros y las corridas de toros. El toro es un tótem español y la corrida el ícono más popular de la imagen que cualquier extranjero percibe de España, un país que debería ser bautizado como el país de las tradiciones crueles. Curiosamente, la mayoría de españoles ignoran que sucede con los toros después del encierro y muchos no comprenden porqué los encierros causan sufrimiento a los animales. Pero gracias al Encierro Humano y a su repercusión mediática, las personas de España y del resto del mundo han sabido que los toros de los encierros corren hacia la plaza donde serán toreados y que el hecho de correr por calles empedradas causa que muchos toros resbalen y sufran lesiones de todo tipo, que los lleva a esperar dolorosamente su muerte, durante la tarde, en la corrida de rigor.
Pero para nosotros, la conservación de las tradiciones no tiene por que ser incompatible con el respeto a los animales. El Encierro Humano nos demuestra que podemos organizar encierros alternativos y que nos podemos divertir sin ninguna necesidad de martirizar a los bóvidos, creando una evolución compasiva que permita eliminar los rasgos crueles de los encierros. En el Encierro Humano, personas de Navarra, de España y de toda Europa, junto con personas llegadas desde sitios tan remotos como Uruguay, Chile, Argentina, Estados Unidos, México o Venezuela, han clamado a una sola voz por una alternativa compasiva, sin dejar de llenar de fiesta las calles pamplonicas. Su venida ha sido acompañada de una barbacoa vegana y de mucha fiesta en el camping, donde los hemos pasado genial.
¡Los participantes estamos con la fiesta, pero con una nueva fiesta sin tortura, sin matanza de toros: con una nueva fiesta que celebre la vida y no la muerte!
Helena Escoda Casas
Coordinadora de Campañas Antitauromaquia
AnimaNaturalis España