El Chigüire ha sido explotado en Venezuela desde hace más de 200 años, cuando los ganaderos de los llanos inundables empezaron a preocuparse por ese herbívoro nativo, abundante y fácil de criar. Hoy en día las poblaciones más “saludables” de la especie se mantienen en fincas privadas en las que se les aprovecha legalmente.
En un principio se sospechaba que estos animales eran portadores de enfermedades que afectaban al ganado vacuno o caballar, y para resolver este problema aparente, decidieron eliminar lo que consideraban una alimaña. Para hacerlo, aprovecharon el período crítico de la época seca (febrero-marzo) cuando los Chigüires se concentran alrededor de esteros y lagunas que se van secando, de allí la costumbre de caza de este animal durante el primer trimestre del año.
Antes que perder la abundante carne producida, prefirieron salarla y secarla al sol para luego enviarla a los mercados del centro de Venezuela, generando así la costumbre de comer Chigüire en época de la Cuaresma y Semana Santa.
Todo esto llevó a establecerse una tradición compatible (comer Chigüire) con costumbres ya existentes (comer pescado salado en Semana Santa), de hecho una bula papal convirtió esta costumbre en una tradición religiosa.
Económicamente esto genera un gran negocio, ya que a un costo casi nulo se produce un beneficio sustancial (la carne seca del Chigüire llega a ser más cara que la carne de res).
Por otro lado, se adhiere a esta nueva costumbre la tradición “deportiva” de la caza del ejemplar entre los meses Febrero y Marzo. El punto común para la actividad son los rebaños de Chigüires en los cuerpos de agua que existen en el llano.
Las partidas de caza se organizan en horas de la madrugada o en la tarde cuando la mayor parte de los chigüires se encuentran alimentándose en las sabanas.
Nada más en el estado Guárico la cacería legal con fines comerciales ha llegado a los 70.000 o más animales sacrificados.
Actualmente, sólo el Ministerio de Ambiente permisa un 20% de la existencia en la finca después de un doble conteo: el efectuado por el propietario y el que realiza el inspector del Ministerio. En pocas palabras, mientras más animales puedan producir, mayor será el número otorgado a la cacería deportiva.
ES MUCHO LO QUE PUEDES HACER
- En semana santa recuerda que comer chigüire, más que una tradición es una complicidad contra un animal silvestre que está siendo explotado indiscriminadamente para el beneficio económico. Comprar chigüire o subproductos del animal alimenta la necesidad de aumentar su cría y posterior matanza, bien sea para alimentación o por caza deportiva.
- Si viajas a los llanos venezolanos no contribuyas al turismo exótico cuando éste viene de la crueldad.
- Difunde este mensaje, no basta con decir sólo NO, también es conveniente argumentar el por qué negarse a continuar con estas costumbres.