Ya que lamentablemente la industria peletera siempre se "reinventa", ahora las pieles de animales pueden venderse en todo tipo de artículos, no sólo en los abrigos o chaquetas clásicas de piel: cinturones, accesorios, marroquinería, ribetes de prendas, gorros, bolsos, bolsillos e incluso zapatos son ahora los que van hechos de pieles de animales, o contienen llamativos pelos de color natural o artificial en sus diseños.
Es más, ahora llega al mercado europeo y americano un tipo de piel cuyo origen es especialmente cruel y que raya en la ilegalidad: el comercio de pieles de perro y gato de China.
¿Cómo podemos reconocer una piel natural de una artificial?
Existen cuatro formas básicas de "testear" la piel para saber si es natural o artificial:
- Ponderarla al tacto
Para ello, tenemos que tomar la piel y hacerla un rollito entre los dedos pulgar e índice. Con esta prueba, la piel natural se siente lisa y suave, y se desliza entre los dedos sin resistencia. Cuando la piel es artificial, se siente gruesa y tiesa.
- Ponderarla con la vista
Tomar un trozo de la piel y soplarla para que los pelos se dividan. Cuando la piel es natural, tiene varias capas de pelos más finos que forman una base densa que sostiene a los pelos más largos (los que sobresalen hacia fuera). Además la base es de cuero (piel, epidermis) natural. Cuando la piel es falsa, su estructura es más simple por lo que todos los pelos son de un largo y color similares.
- Pincharla con un alfiler
Tomar un alfiler y hundirlo hasta la base de la piel: cuando la piel es natural el cuero se resiste a ser agujereado y es difícil de traspasar. Cuando la piel es artificial el alfiler pasa fácilmente hacia el otro lado.
- Quemar algunos pelos
Tomar delicadamente algunos pelos de la piel y ponerlos en una llama de mechero. Si la piel es natural, se chamuscará y despedirá un olor similar al de pelo humano quemado. Si la piel es artificial, se derretirá y olerá como plástico quemado. Además formará pequeñas bolitas que se sienten duras al tacto.
Con estas cuatro simples pruebas, tú como consumidor responsable, podrás decidir si seguir fomentando la cruel y sangrienta industria peletera o si por el contrario, decidirás por otro tipo de tejidos artificiales "animal friendly".
Aunque no está de más decir que si bien los tejidos artificiales no están exentos de problemas (pues provienen del tratamiento de combustibles fósiles), podemos alegar en su favor que al menos no producen más sufrimiento y muerte que el que produce cruelmente todos los años la industria peletera.
Fuente: Coalición para Abolir el Comercio de Pieles (en inglés), traducido por Ecosofia.org.
Fuente imágenes: Jonfeinstein