Entonces, se pensaba que los animales no sentían dolor por ser similares a máquinas, diseccionables y analizables por partes.
Esa concepción mecanicista de la naturaleza hoy está desacreditada. Diferentes estudios científicos han demostrado que los animales cefalizados y con un sistema nervioso son capaces de sentir dolor. Sin embargo, desde siempre se ha creído que los peces y algunas otras especies animales no. «Pescar no es cruel», han afirmado muchos pescadores, «los peces no tienen la capacidad cerebral para sentir el dolor».
Nuevas investigaciones derrumban este razonamiento equivocado. Los peces sí sienten y experimentan dolor. Puede que no tengan la inteligencia de los primates, pero no son tan obtusos como para no sentir un anzuelo rasgando sus órganos digestivos a través de sus bocas.
Naturalmente, los deportistas de la pesca se han opuesto, clamando que estas afirmaciones son una aniquilación a su actividad. En oposición declaran que pescar no es un asesinato sangriento. «Pescar es sólo un deporte inocente, un momento para disfrutar con la familia y enlazarse con la naturaleza».
Los cazadores citan los mismos argumentos. «Los venados no sienten ningún dolor», insisten. Sin embargo, la verdad es que existe una distorsión muy grande al pensar que un animal herido huyendo por el bosque, dejando un rastro de sangre fresca, de alguna manera, no siente nada …
Con el transcurso del tiempo, mientras sigan surgiendo investigaciones como ésta, más personas comenzarán a preguntarse: «¿Por qué la mutilación de animales para el entretenimiento es todavía legal en una sociedad civilizada?»
Traducido por Lucía Gerrard
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