Es bueno saber cuáles argumentos tienen más posibilidad de ser efectivos que otros, porque los necesitarás. ¿Cuántas personas conoces que toman un folleto y deciden hacerse veganos justo en ese lugar? Hay algunas, pero es más probable que sea un proceso gradual para la mayoría de las personas... y eso está bien. Recuerda: estos son más que "argumentos". Trata de verlos como puntos de partida fuertes para una buena conversación.
1. Los animales de granja son inteligentes, interesantes y extraordinarios
La inmensa mayoría de las personas simplemente no tienen empatía para los animales de granja, y si la persona con la que hablas no compenetra con los animales que tratas de salvar, ninguna cantidad de información en granjas de cría intensiva y mataderos le convencerá. En este caso, nosotros nos hemos dado cuenta que diciéndoles a las personas acerca de las personalidades complejas de los animales de granja puede ser una táctica muy efectiva. Ayuda a tus oyentes a hacer la conexión entre los perros y gatos en sus casas y los animales que sufren en granjas de cría intensiva. Hay que recordarles a las personas que las vacas, los puercos, los pollos, y otros animales sienten dolor tan agudamente como lo hacen nuestros amados animales de compañía.
Puede explicar que los pollos a menudo realizan mejor ciertas pruebas que perros y gatos y que los puercos han mostrado la capacidad de jugar videojuegos mejor que algunos primates. Los cerdos también aprenden entre sí e interactúan con otros cerdos en maneras que habían sido observadas anteriormente sólo en los primates.
La evidencia científica reciente también ha revelado que los peces tienen memoria y utilizan herramientas. La Dra. Sylvia Earle, posiblemente la mejor biólogo marino actual, expresó que no comería un pez más de lo que se comería un perro. Con todo el conocimiento científico del que disponemos en la actualidad, podemos hacer nuestras las palabras del Dra. Earle: "los peces son sensibles, tienen personalidad y sufren cuando son heridos".
Nosotros sabemos que es la capacidad de un animal para sufrir lo importante, no su inteligencia o habilidades cognitivas. Pero para muchas personas, sí importa; les ayuda a relacionarse con animales, exactamente igual como se relacionan mejor contigo si usas la ropa adecuada y parecida a la suya. Ser capaz de proveer datos acerca de la inteligencia animal y sus habilidades, ayudará a las personas a ver las similitudes entre animales de granja, perros y gatos, y humanos, y es una manera efectiva de ayudar a conseguir personas para respaldar la liberación animal y adoptar una dieta vegana. Claro, tú no quieres el saturar tu cerebro con tantas anécdota que no puedas descifrar cuál usar cuando hables con alguien. Simplemente domina algunos datos clave y anécdotas acerca de animales de granja, con eso será más que suficiente cuando estés explicando por qué pollos, cerdos, peces y vacas san interesantes, sensibles y acreedores de compasión como cualquier perro o gato lo es.
2. Es un asunto de coherencia
También hablamos de coherencia básica cuando las personas nos preguntan por qué somos vegetarianos. La mayoría de las personas expresarán tristeza ante las horribles cosas que les hacen a los animales en las granjas industriales y en el matadero. Entonces, la gran pregunta es: “¿Por qué pagarle a alguien para hacer cosas que no apoyamos y jamás haríamos nosotros mismos?”. Explicando su decisión de hacerse vegetariano, Percy Bysshe Shelley dijo que él no tomaba parte en nada de lo que no pudiera incluir en un poema amoroso. En la misma manera, no debemos apoyar cosas que nos causan repudio. ¿Cuántas cosas en nuestras vidas apoyamos directamente a pesar de que nos produzcan asco? Todos nosotros podríamos pasar una tarde cosechando granos o recogiendo frijoles, frutas, o vegetales, pero... ¿A quién de nosotros les gustaría tan siquiera, arrancar los testículos del escroto de un cerdito sin darles un sedante primero, o usar un cuchillo hirviendo para quitarle el pico a un pequeño pollito? ¿A quién le gustaría el mirar cualquiera de los procedimientos usados para llevar los pollos, peces, cerdos, ganados, lácteos, o huevos a nuestra mesa? ¿Quién querría pasar cinco minutos en un matadero, observando toda esa sangre y el horror? Sacar este tema a colación es una manera controversial que puede ayudar a mostrar que el comer carne -y otros productos derivados de animales- es éticamente cuestionable. Involucra pagarle a otros para hacer cosas que una persona promedio no apoya ni haría por sí mismo.
3. Hacerse vegano es paz
Todos quieren ver el mundo más justo y pacífico. Todos están preocupados por la violencia en las calles y desean poder hacer algo para poner fin a los abusos. Nos gusta hablar de cómo una dieta vegana nos permite ser más compasiivos, hacer una declaración de principios contra de la violencia y el sufrimiento. Cada vez que ordenamos de un menú, vamos de compras o abrimos el refrigerador, es nuestra declaración de paz en el mundo. Hay tanta violencia y sufrimiento por todas partes, que nos sentimos impotentes al querer hacer algo al respecto. Cuando la persona común quiere hacer algo para ayudar, donan algo de dinero, escriben en las redes sociales o quizá escriben alguna carta al director, pero todas esas acciones están bastante lejos del impacto que necesitamos.
Cuando nos sentamos a comer hacemos una decisión consciente acerca de quiénes somos en el mundo. ¿Nos queremos sumar a la violencia, miseria y sangre derramada en el mundo? ¿O preferimos tomar una decisión llena de amor y compasión? Dicho de manera sencilla: la industria cárnica conlleva violencia que podemos detener con un simple gesto cotidiano. Cualquiera que se vuelva vegano deja de apoyar industrias que devastan el medio ambiente y crea –de acuerdo a las organizaciones de derechos humanos- las condiciones más peligrosas de trabajo del planeta. Es emocionante saber que cada vez que nos sentamos a comer, podemos hacer una elección que salva vidas, protege el medio ambiente, apoya los derechos de los trabajadores, mejora la salud y ayuda la lucha en contra de la hambruna mundial. Es difícil pensar en otra elección cotidiana que tenga unos efectos con tan largo alcance.