1. Se agarra al animal y se le pone de costado;
  2. Con un hacha, sierra, machete y hasta con motosierra se abre el caparazón, el animal sangra profusamente por los lados
  3. Se desprende el reptil del resto del caparazón, provocando (aún más sangramiento)
  4. Se toma el animal ya deforme, más parecido a un amasijo con 4 patas negras que se agitan y una boca que se abre constantemente, y se lanza en una olla de agua herviente
  5. El animal intentará nadar inútilmente durante los primeros 30 minutos (como no tiene cuerdas vocales para chillar las personas lo interpretan como ausencia de dolor)
  6. Una vez que el animal no patalea más, se deja por varias horas en cocción y se procede a elaborar el pastel 

Ahora sabiendo esto, ¿te animas a comer este plato típico de Venezuela?

ES MUCHO LO QUE PUEDES HACER

  • En semana santa recuerda que comer pastel de morrocoy, más que una tradición es una complicidad contra un animal silvestre que está siendo cruelmente manipulado.
  • Comprar pastel de morrocoy alimenta la necesidad de aumentar su cría o captura para pequeños establecimientos de comida típica
  • Si viajas a los llanos venezolanos no es una obligatoriedad probar la carne morrocoy. No contribuyas al turismo exótico cuando éste viene de la crueldad.
  • Difunde este mensaje, no basta con decir sólo NO, también es conveniente argumentar el por qué negarse a continuar con estas costumbres.