La labor de prevención de la violencia sexual y doméstica es una labor de cambio social. Para lograr de forma exitosa dicho cambio, debemos también vencer la resistencia al mismo. En un intento por entender esta resistencia, los estudios suelen analizar las percepciones individuales de las cuestiones tratadas, las actitudes hacia el cambio social, y los rasgos de la personalidad, pero un nuevo estudio de The European Journal of Social Psychology (Revista Europea de Psicología Social), ha tomado un enfoque diferente, centrándose en los activistas:
Porque los activistas, por definición, se esfuerzan por lograr un cambio a través de críticas públicas a las prácticas establecidas, pueden ser vistos como hostiles, no convencionales y desagradables. Esta tendencia de asociar a los activistas con un estereotipo negativo puede llevar a una disminución de la disposición de los individuos a afiliarse con ellos y a adoptar los comportamientos a favor del cambio que dichos activistas apoyan.
Este estudio de cinco partes descubrió que los participantes que tenían percepciones negativas de los activistas estaban menos dispuestos a afiliarse con ellos y a adoptar los comportamientos que ellos promovían. Por ejemplo, una sección del estudio que se centraba específicamente en las activistas feministas descubrió que:
...las participantes estaban menos interesadas en adoptar comportamientos a favor de la igualdad cuando dichos comportamientos eran aparentemente defendidos por la feminista “típica” que cuando eran defendidos por la feminista “atípica” o cuyo perfil no estaba definido, porque las participantes eran más propensas a vincular a las feministas “típicas” con rasgos estereotípicos negativos. Entonces, a pesar de que los activistas “típicos” promueven de forma agresiva el cambio social, pueden, irónicamente, debilitar la motivación de los individuos a involucrarse en comportamientos a favor del cambio.
Los estereotipos tuvieron un papel muy importante en esta investigación ya que fomentaron las percepciones negativas de los activistas. Con mucha frecuencia, los activistas que eran identificados como “típicos” (y, por tanto, percibidos negativamente) eran vistos como excéntricos y violentos o agresivos.
Para muchos activistas, la disposición a tomar una postura radical sin considerar los sentimientos convencionales es una cuestión de orgullo… Por lo tanto, irónicamente y a pesar de sus buenas intenciones, los mismos individuos que están más activamente involucrados en promover el cambio social pueden, involuntariamente, alejar al público y reducir la motivación a favor el cambio.
Es ciertamente irónico que nuestra pasión como activistas pueda disminuir nuestra eficacia a la hora de crear un cambio y de involucrar a otros en el mismo. A pesar de ser desalentadora, esta investigación reconoce las dificultades a las que muchos de nosotros nos hemos enfrentado al intentar hacer que nuestros mensajes comprometan a nuestras audiencias, y cambia el enfoque proporcionando una perspectiva adicional frente a los obstáculos que podamos encontrar.
Artículo citado: Bashir, N. Y., Lockwood, P., Chasteen, A. L., Nadolny, D. and Noyes, I. (2013), The ironic impact of activists: Negative stereotypes reduce social change influence. European Journal of Social Psychology. doi: 10.1002/ejsp.1983.
Puedes leer aquí el abstract.
Artículo original: Reducing resistance to social change: The ironic impact of activists.
Traducción de Nadia Anahi Pawloff.