Me llamo Angie, soy venezolana y vivo en Mallorca desde hace 5 años. Ayer a mis 41 años por fin pude participar en una protesta antitaurina, de pequeña siempre me incomodaba y evitaba a toda costa ver esta actividad transmitida en TV (directo desde España), si bien me decían que era algo típico español difería de poder “disfrutar” este mal llamado acto cultural.
Me sentía muy emocionada y a la expectativa de cómo se desarrollaría esta actividad, pero lo que más tranquilidad me dio de participar fue la excelente información y descripción de la misma por parte de Arantxa Laguna, coordinadora de AnimaNaturalis en Mallorca. Ya cuando me dirigía con un poco de retraso al punto de encuentro, me emocioné al ver a más personas con el mismo propósito que yo: protestar de manera contundente contra esta actividad tan cruel.
Mientras esperábamos el inicio pude conversar un poco con Eliana, otra coordinadora de esta fundación pero de Alicante que vino apoyar también, dentro de todo lo que hablamos lo que más me gustó fue que un principio de esta organización es ser PACÍFICOS y no responder ante ningún tipo de amedrentamiento. Yo dentro de mis referencias personales me imaginaba una protesta algo movida y violenta pero fue todo tan civilizado, la buena vibra y energía que teníamos juntos nos permitió alzar nuestra voz por clamar un ALTO a esta atrocidad con los toros que no tiene un instinto de matar, sino de tratar de huir de aquel lugar que sólo supone su muerte de la manera mas vil y salvaje en estos tiempos.
Antes de empezar la actividad nos dieron unas palabras informativas y alentadoras insistiendo nuevamente en el fin de esta actividad pacífica. Llegó el momento, nos empiezan a ubicar en la posición indicada para respetar las medidas de seguridad y nos dan un cartel con esas fotos tan impactantes y tristes, aunque el sol y el calor estaban muy fuertes nadie desistió de seguir gritando las consignas.
¡QUÉ ALEGRÍA! estoy aportando un poco en cambiar algo que está mal y del que no soy indiferente, la falta de información hace que des por hecho que todo está bien cuando no lo está. Así que una vez finalizada la proclama de la coordinadora todos aplaudimos. ¡Qué emoción! ¡logramos levantar nuestra voz!.
GRACIAS por permitir mi pequeña colaboración, poco a poco lograremos gritar lo suficiente y alto para que los animales sean respetados, ¡no están solos aquí, estamos nosotros!.
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