Colombia ha estado sumergida en el conflicto armado por más de 50 años. Varios son los intereses que hay de por medio, económicos, institucionales y sociales, pero hay uno de ellos que ha generado uno de los mayores impactos y es la expansión de tierras para la ganadería extensiva.
La ganadería extensiva ha protagonizado escenarios del conflicto armado alrededor de las regiones de nuestro país. Ha generado masacres, desplazamiento forzado, diferentes tipos de violencias individuales y colectivas.
Este tipo de acciones son atribuidas a los grupos paramilitares que se han expandido por todo el territorio nacional, apropiándose de las tierras de los campesinos. Han sido financiados y apoyados por grandes terratenientes, como es el caso de la Federación Colombiana de Ganaderos (FEDEGÁN), manejada por una de las familias más poderosas del país que se encuentra actualmente sumida en un escándalo y enfrenta varias demandas por sus nexos con grupos paramilitares.
No solo las personas se han visto sometidas a distintos tipos de violencias en el marco del conflicto armado, los animales han perdido sus hábitats. Muchas especies se encuentran en vía de extinción debido a esto. Además, ha dado vía libre para incrementar el tráfico ilegal de especies.
En la última década tan solo en el Caquetá la expansión y deforestación aumentó un 233% y al igual la cantidad de reses registradas, una de las alzas más significativas. Según la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Norte y el Oriente Amazónico (CDA), en el departamento hay aproximadamente una hectárea para cada animal. Teniendo en cuenta el aumento de 123.577 animales en solo un año, es difícil controvertir que la ganadería extensiva es una causa de la deforestación.
La Unión Europea declaró el estado de emergencia climática global a finales de 2019. Colombia es responsable de proteger la Amazonía y FEDEGÁN, como organización gremial, es antagonista a este propósito.
Hay sangre y violencia detrás de la ganadería, detrás del consumo de carne. Hay toda una serie de crueles eventos llenos de tortura y dolor que nos hace replantear el significado de lo que comemos.
Colombia históricamente, ha vivido una cultura de violencia, violencia que hemos aprendido a normalizar, es tiempo de reestructurar y deconstruir estos patrones. Todo lo que hacemos tiene repercusiones, todo lo que consumimos tiene un trasfondo. La carne ha sido y será un potencializador de violencia del cual es tiempo de dejar de apoyar.
¡Comer también es un acto político!
Necesitamos tu apoyo
AnimaNaturalis existe porque miles de millones de animales sufren en manos humanas. Porque esos animales necesitan soluciones. Porque merecen que alguien alce la voz por ellos. Porque los animales necesitan cambios. Porque en AnimaNaturalis queremos construir un mundo más justo para todos.
Las donaciones puntuales y periódicas de nuestros socios y socias son la principal fuente de nuestros fondos.