En un acto valiente y conmovedor, activistas semidesnudos tomaron las calles de Zaragoza este domingo 8 de octubre, durante las festividades en honor a la Virgen del Pilar. Esta inusual protesta, organizada por las organizaciones de defensa de los animales AnimaNaturalis y CAS International, buscaba poner fin a las brutales corridas de toros que todavía persisten en la región.
En un día de calor extremo, a las 12:00 horas, la Plaza de la Seo se convirtió en el escenario de una acción que dejó al descubierto la crueldad de esta práctica centenaria. Los valientes activistas, hombres y mujeres de todas las edades, se colocaron en la piel de los toros que sufren y mueren en las plazas cada año. Con sus cuerpos semidesnudos, transmitieron un mensaje impactante de empatía y resistencia, desafiando a un nuevo gobierno conservador que está impulsando estas controvertidas actividades sin tener en cuenta las razones éticas ni el evidente desinterés del público.
Cristina Ibáñez, coordinadora de AnimaNaturalis, explicó la motivación detrás de esta protesta inusual: "Las tradiciones son una manera de expresar de dónde venimos y quiénes somos... y la sociedad aragonesa dista mucho de identificarse con sangre derramada y el último suspiro de un animal torturado". Sus palabras reflejan el descontento creciente en una región que está buscando alejarse de prácticas crueles y obsoletas.
La acción de AnimaNaturalis y CAS International llega en un momento en que el Reglamento Taurino de Aragón ha sido modificado para aumentar el apoyo y el fomento de las corridas de toros, incluso eliminando las protecciones a los menores de edad que asisten a estos eventos violentos. Esto ha causado un conflicto directo con las recomendaciones internacionales de la ONU, que buscan proteger el bienestar de los animales y la sensibilidad de los jóvenes espectadores.
El nuevo gobierno de ultraderecha de Aragón también ha generado controversia al proponer equiparar a los aprendices de torero con deportistas de élite, una idea que ha sido ampliamente criticada por su falta de fundamento.
Los números hablan por sí mismos: según datos oficiales del Ministerio de Cultura, el interés en las corridas de toros ha disminuido constantemente desde 2015. En el período 2018-2019, solo el 8% de la población española asistió a algún espectáculo taurino, y apenas el 5,9% asistió a corridas de toros en plaza. Un asombroso 92% de España no participó en estos eventos, con el 40% de ellos declarando falta de interés y el 20% confesando que no entendían la atracción hacia ellos.
A pesar de esta disminución en el interés público, se estima que más de 9,000 toros enfrentarán la muerte en las corridas y más de 50,000 serán explotados en festejos populares. Estos datos evidencian una industria en declive que aún mantiene una influencia desproporcionada en algunas regiones de España.
En la actualidad, varias Comunidades Autónomas, como Canarias, Cataluña, y Asturias, han dado pasos significativos para abolir las corridas de toros. Islas Baleares también intentó seguir este camino en 2017, pero un revés legal retrocedió su progreso. Galicia, por su parte, está viendo un declive en la popularidad de las corridas de toros, con Pontevedra como la única excepción en la región.
La valiente acción de los activistas en Zaragoza el pasado domingo ha arrojado luz sobre un tema que continúa dividiendo a la sociedad española. Con su mensaje de empatía y resistencia, AnimaNaturalis y CAS International han demostrado que la lucha por los derechos de los animales y la abolición de prácticas crueles es un camino que muchos están dispuestos a recorrer, sin importar lo controvertido que sea. La pregunta que queda es si el gobierno y la sociedad en su conjunto estarán dispuestos a escuchar.
Repercusión en prensa: