Ante la pregunta de si la piscicultura contribuye o no a conservar los peces silvestres, Stefano Longo, profesor asociado de sociología en la Universidad Estatal de Carolina del Norte y primer autor de un artículo sobre el trabajo dice tajantemente: "La respuesta es: no realmente".
Para determinar el impacto de los esfuerzos de acuicultura en las pesquerías tradicionales o de "captura", Longo y sus colaboradores analizaron datos del Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, desde 1970 hasta 2014. Específicamente, los investigadores evaluaron datos que arrojar luz sobre los cambios en la acuicultura y la pesca tradicional, como las cifras de producción acuícola y la cantidad de peces capturados por las pesquerías silvestres.
"Descubrimos que la acuicultura ha ampliado la producción, pero no parece estar avanzando en la conservación de la pesca", dice Longo. "De hecho, la acuicultura puede contribuir a una mayor demanda de productos del mar como resultado de los procesos sociales que dan forma a la producción y el consumo".
Muchos de esos peces de piscifactoría, como el salmón, han consumido durante mucho tiempo grandes cantidades de harina y aceite de pescado. Seguimos capturando muchos peces silvestres para alimentar a los peces de piscifactoría, lo que complica el cálculo.
"En otras palabras, la acuicultura no reemplaza a los esfuerzos de pesca tradicionales, ni siquiera los reduce necesariamente", dice Longo.
Longo defiende que para mover las cosas en la dirección correcta, la producción de productos del mar en la acuicultura (y la pesca) podría beneficiarse de la producción de especies más bajas en la red alimentaria, como los moluscos. "Lo que es más importante, priorizar socialmente la producción de alimentos (y en este caso, proteínas de los mariscos) como un derecho básico para satisfacer las necesidades, en lugar de simplemente como otro producto básico en la economía global, y regular la producción de manera ecológicamente racional, promovería los objetivos de conservación al tiempo que cumple necesidades humanas. Esto requeriría fuertes iniciativas político-económicas (políticas) a nivel nacional y global que planifiquen mejor la producción, e implementen y hagan cumplir regulaciones que promuevan la sostenibilidad".
La insostenible cría del pulpo en granjas
Nueva Pescanova pretende poner en funcionamiento la primera granja industrial de pulpos del mundo en Las Palmas de Gran Canaria, España.
El pulpo se ha consumido tradicionalmente en el Mediterráneo y el sudeste asiático, pero la creciente demanda ha devastado las poblaciones silvestres y ha hecho que la industria esté deseosa de criar pulpos en cautividad, aún sin contar con suficiente aprobación científica o legislación adecuada.
Como los pulpos son carnívoros, están desarrollando piensos basados en harina y aceite de pescado. Esto supondría una presión insostenible sobre los peces y especies silvestres que dependen de ellos, como los pingüinos. También contribuiría a aumentar los problemas de seguridad alimentaria en regiones como África Occidental, Sudeste Asiático y Sudamérica, donde se encuentran las principales fábricas de harina de pescado.
Los pulpos tienen un índice de conversión de alimentos de 3 es a 1. Es decir, se necesitan 3kg de comida para obtener 1kg de carne de pulpo. Esto no es un uso justificable de los escasos recursos alimentarios del mundo. Por esta razón, la cría de pulpo se consideró incompatible con las Directrices Estratégicas de Acuicultura de la UE. Un tercio de las emisiones mundiales de carbono provienen de la producción de alimentos, ¿para qué aumentar esa huella?
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