BOE anuncia la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia por el Ministerio de Cultura, liderado por Ernest Urtasun, una medida histórica que ha suscitado opiniones encontradas en la sociedad española. Este reconocimiento, instaurado en 2011 para destacar la importancia cultural de la tauromaquia, ha sido suprimido tras una consulta pública en la que más del 90% de las comunicaciones ciudadanas expresaron su apoyo a la retirada del galardón.
Esta decisión responde a un cambio en la percepción social de la tauromaquia. Según datos recientes de la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España, solo el 1,9% de la población asistió a espectáculos taurinos en el último año, reflejando un claro descenso en el interés por estas actividades. Este dato se suma a una caída interanual del 4,7% en el número de festejos taurinos celebrados en el país. Estos resultados ponen de manifiesto la disminución del apoyo a la tauromaquia en un contexto social cada vez más sensibilizado con el bienestar animal.
Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España, celebra esta medida como un avance hacia una sociedad más empática y respetuosa con los derechos de los animales. "La eliminación del Premio Nacional de Tauromaquia es un claro indicativo de que la sociedad española está cambiando, y cada vez más personas rechazan la violencia hacia los animales en nombre de la cultura", comenta. En su opinión, este tipo de decisiones reflejan el creciente compromiso de las instituciones con la protección animal.
El proceso de consulta pública fue una pieza clave en la toma de decisiones del Ministerio de Cultura. En una primera fase, realizada en mayo, el 96,42% de las 3.268 comunicaciones recibidas apoyaron la eliminación del premio. Una segunda fase, llevada a cabo en junio y julio, reafirmó este consenso, con un 91,63% de los 215 participantes a favor de suprimir el galardón. Estos resultados reflejan un cambio en los valores culturales de España, donde la tauromaquia está perdiendo relevancia como forma de entretenimiento.
Reacciones retrógradas
A pesar de la contundencia de la consulta pública, la eliminación del premio ha generado críticas, especialmente en sectores conservadores y entre defensores de la tauromaquia. Borja Sémper, vicesecretario de Cultura del Partido Popular, aseguró que su partido restablecerá el galardón si vuelve al poder, argumentando que "suprimirlo demuestra que el Gobierno no apuesta por la libertad ni la pluralidad cultural". En Andalucía, el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, calificó la decisión de “monumental horror”, señalando que los toros no solo son un pilar cultural, sino también económico. En la Comunidad de Madrid, el alcalde José Luis Martínez-Almeida defendió la tauromaquia como “la fiesta más culta que existe hoy en el mundo”, mientras que la delegada de Cultura de la ciudad, Marta Rivera de la Cruz, lamentó que figuras históricas como Lorca y Picasso "estarían muy disgustadas con la medida".
La Fundación Toro de Lidia ha anunciado la creación de su propio premio para reconocer la tauromaquia "mientras dure la situación de excepcionalidad censora provocada" por el Ministerio. Asimismo, Castilla-La Mancha, gobernada por Emiliano García-Page (PSOE), y la Junta de Extremadura, liderada por una coalición de PP y Vox, han expresado su intención de crear nuevos premios para el sector taurino. “Este premio tiene un arraigo cultural y económico fundamental para nuestra región”, aseguró Ignacio Higuero, consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural de Extremadura, destacando el impacto económico de la tauromaquia.
Sin embargo, Gascón subraya que "es fundamental que las políticas culturales estén alineadas con los valores de la sociedad actual, que priorizan el respeto hacia todos los seres vivos". Desde organizaciones como AnimaNaturalis, la eliminación del premio no es solo un logro puntual, sino parte de un movimiento más amplio que busca erradicar la crueldad animal en todas sus formas. "La tauromaquia no puede seguir siendo vista como un símbolo cultural cuando la mayoría de la población la rechaza por su brutalidad", concluye Gascón.
Cambio de paradigma
En un contexto donde cada vez más países y regiones están prohibiendo o limitando los espectáculos taurinos, España se enfrenta a la necesidad de repensar su relación con esta práctica. La eliminación del Premio Nacional de Tauromaquia es un primer paso hacia una cultura más inclusiva y ética, en la que el bienestar animal juegue un papel central. Aunque el debate sobre el futuro de la tauromaquia está lejos de resolverse, esta medida marca un hito en el camino hacia una mayor conciencia social sobre el trato a los animales.
En definitiva, la supresión del premio refleja un cambio de paradigma en la política cultural española, donde la sostenibilidad, el respeto por los derechos animales y la sensibilidad social están ganando terreno. Estos gestos por parte de las autoridades están en consonancia con la Iniciativa Legislativa Popular #NoEsMiCultura, que está ahora mismo en pleno proceso de recolección de las firmas necesarias para derogar la ley de patrimonio cultural que blinda a la tauromaquia, para devolver las competencias locales para poder prohibirla de una vez por todas.
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