Activistas de AnimaNaturalis y CAS Internacional se dieron cita el pasado jueves 8 de septiembre en la Plaza Sant Jaume de Barcelona para exigir protección igual ante la ley para todos los perros, también los utilizados en actividades de caza, sean deportivas o cinegéticas. Junto a esta intervención urbana, activistas entregaron folletos informativos a la población.
Diversos colectivos de cazadores continúan presionando para excluir a los perros utilizados en la actividad cinegética de la próxima Ley de Protección y Derechos para los Animales, por considerarlos meras herramientas de trabajo. No desean limitar la cantidad de animales en una rehala, evitar la responsabilidad de los perros cuando dejen de ser útiles o que deban ser esterilizados para evitar camadas no deseadas, por ejemplo. Esto ha generado un gran debate interno entre los partidos de Gobierno y nuestra protesta intenta dar voz a los animales que no están siendo tomados en cuenta y son las otras víctimas de la caza.
Las rehalas de perros pueden concentrar a decenas de individuos en las condiciones más precarias que se puedan imaginar. Se les obliga a reproducirse para mantener camadas jóvenes y aptas para la actividad, se desecha a los mayores y a aquellos que no cumplen con las especificaciones necesarias para cazar. No existe control ante esta actividad ni fiscalización por parte de las autoridades, cosa que podría cambiar con la próxima Ley de Protección y Derechos para los Animales.
La sociedad española cada vez se siente más cercana a los animales y contraria a prácticas como la caza, que continúa siendo regulada con una ley que data del siglo pasado. “Hace cuarenta años, la consideración de los perros de caza y otros animales era muy distinta a la de hoy en día, por eso exigimos que se controle con mayor rigor el bienestar de esos animales y tengan los mismos derechos que aquellos que viven dentro del hogar”, expresa Cristina Ibañez, coordinadora de AnimaNaturalis en Barcelona. “Excluir a estos perros de la Ley de Protección Animal sólo porque existe un beneficio económico pone en entredicho las prioridades que pone este gobierno sobre la vida y el sufrimiento de los seres más indefensos que existen en la sociedad, que son los animales”, agrega.
Los cazadores consideran que sus perros no son animales de compañía y por lo tanto no tienen que ser objeto de la ley. Sin embargo, las únicas restricciones al sector que pretende incluir la nueva Ley de Protección Animal es que las condiciones en que viven sean aptas para el bienestar de los animales, que no se puedan reproducir sin licencia de criador y que los cazadores se comporten de una vez por todas como verdaderos tutores de sus perros y no los sigan viendo como cosas. A estas modificaciones se oponen rotundamente, anunciando que sería el fin de la caza y la pérdida de millones de trabajos. Sin embargo, se trata sólo de mínimos que también se aplican a otros lugares donde se concentran animales, como refugios, perreras y otros lugares sin licencia especial de criadero.
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