La sokamuturra es una de las festividades taurinas más antiguas del País Vasco, y sigue celebrándose en ciudades como Elgoibar y Bilbao. El evento consiste en soltar un toro atado con una cuerda, que es dirigido por varios hombres mientras otros participantes intentan esquivar al animal en las estrechas calles del pueblo. Este tipo de celebraciones ha estado profundamente arraigado en la cultura local desde al menos el siglo XVII, siendo parte integral de las festividades en muchas localidades.
Sin embargo, el creciente interés por el bienestar animal ha puesto este tipo de espectáculos en el punto de mira de organizaciones como AnimaNaturalis y CAS International, que consideran que este tipo de tradiciones no tienen cabida en una sociedad que avanza hacia un trato más ético y respetuoso con los animales. Por esa razón, nuestro equipo de investigación fue testigo de los toros ensogados de Elgoibar de este año.
El sufrimiento invisible
A pesar de que el toro en la Sokamuturra no sufre una muerte violenta como en las corridas de toros, las consecuencias psicológicas y físicas para el animal no deben ser subestimadas. Según estudios científicos, los toros sometidos a este tipo de prácticas experimentan altos niveles de estrés y ansiedad debido al confinamiento, el ruido y la manipulación humana. Además, el hecho de estar atados con cuerdas no mitiga el riesgo de lesiones, tanto para los animales como para los participantes humanos.
“La Sokamuturra, al igual que otros espectáculos taurinos, pone en peligro la integridad física de los toros y expone a los animales a un sufrimiento innecesario. Es fundamental que dejemos de normalizar el uso de animales en festividades en las que se les somete a situaciones de estrés y pánico”, comenta Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España.
A pesar de la normativa vigente que exige ciertas medidas, como el uso de defensas emboladas, informes veterinarios recientes han señalado que los toros utilizados en la Sokamuturra sufren estrés físico y emocional significativo. Según el informe de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (AVATMA), los animales enfrentan caídas, golpes, resbalones y enredos en las cuerdas, lo que puede causarles traumatismos severos.
Los toros sometidos a la Sokamuturra presentan claras señales de estrés y agotamiento físico. Estudios científicos han demostrado que estos animales sufren de lo que se conoce como lactacidemia o acidosis metabólica, una condición que se produce cuando sus músculos no pueden utilizar adecuadamente el oxígeno, generando un acumulamiento de ácido láctico. Este fenómeno, provocado por el ejercicio extremo al que son sometidos, les genera dolor muscular intenso, lo que afecta gravemente su bienestar.
"Es evidente que estos toros no están preparados fisiológicamente para soportar este tipo de ejercicio. Los mecanismos de defensa de su organismo se ven superados, lo que lleva a un estado de agotamiento y sufrimiento", explican los veterinarios que elaboraron el informe. Además, se ha detectado una elevación de los marcadores de la función hepática y renal, otro claro indicador del sufrimiento prolongado durante el festejo.
A nivel emocional, los toros muestran signos inequívocos de miedo y ansiedad, como rascar el suelo, latigazos con la cola y constantes intentos de huir. Muchos animales reutilizados en estos eventos desarrollan un miedo crónico, intensificado por sus experiencias previas de maltrato.
La situación que enfrentan los toros en la Sokamuturra viola varios de los principios establecidos en las llamadas "Cinco Libertades del Bienestar Animal", un conjunto de directrices reconocidas internacionalmente desde 1967. Estas libertades incluyen la liberación de dolor, miedo, incomodidad y sufrimiento, todas condiciones que, según los estudios científicos y veterinarios, no se respetan en estos eventos.
"La Sokamuturra, al igual que otros espectáculos taurinos, supone una violación directa del bienestar animal. Es hora de que como sociedad avancemos hacia formas de entretenimiento que no impliquen el maltrato de seres vivos", sostiene Gascón.
Hacia una cultura sin maltrato
En muchas ciudades como San Sebastián, las autoridades ya dieron un paso hacia el futuro al prohibir estos eventos en el siglo XX, aunque en otras localidades han logrado recuperar estas tradiciones. Los accidentes mortales, tanto de toros como de personas, fueron uno de los principales motivos que llevaron a la prohibición inicial, pero los defensores de los animales hoy añaden una dimensión más: el respeto por la vida y el bienestar animal.
“La abolición de estos espectáculos no solo evitaría accidentes trágicos, sino que también enviaría un mensaje claro sobre el tipo de sociedad que queremos ser: una que respete a los animales y que rechace el maltrato disfrazado de tradición”, afirma Gascón.
El debate en torno a la Sokamuturra y otras festividades taurinas pone de relieve un conflicto cultural entre quienes desean preservar las tradiciones y quienes luchan por el bienestar animal. Según diversas encuestas, un porcentaje cada vez mayor de la población española se opone al uso de animales en eventos de entretenimiento, y varias localidades han empezado a buscar alternativas que no impliquen el sufrimiento de los animales.
Los toros ensogados representan una visión anticuada del entretenimiento, donde los animales eran utilizados como meros objetos para el disfrute humano. Pero hoy en día, cada vez más personas están tomando conciencia de que las tradiciones pueden evolucionar y adaptarse a los valores modernos de respeto y empatía hacia todas las formas de vida.