En 2008, Ecuador se convirtió en el primer país que otorga “derechos de la naturaleza” en la ley. El histórico fallo significó que la Constitución ecuatoriana reconoce que los ecosistemas tienen derecho de existir y florecer. No estaba claro si los animales salvajes podrían beneficiarse de estos derechos. Pero ahora, con esta nueva sentencia no cabe duda, los animales también se han abierto paso en la constitución del país que reconoce sus derechos.
Todo comenzó con Estrellita, una mona chorongo. Esta mona fue sacada de la naturaleza cuando era un bebé, vivió en la ciudad de Ambato, en el centro de Ecuador, durante 18 años, con Ana Burbano y otra cuidadora, que según han dicho la querían y la trataban como parte de su familia, como una hija. Estrellita usaba ropa de humanos, comía con cubiertos y dormía en una cama. Sonreía, se comunicaba a través de sonidos y gestos.
En 2019, Estrellita fue incautada por las autoridades ya que es ilegal tener animales salvajes como mascota en Ecuador. Fue llevada al Zoológico de San Martín de Baños, donde fue aislada, encerrada en una pequeña celda en la que murió un mes después. Pero ahora, gracias a Estrellita, muchos otros animales salvajes se podrán beneficiar en el futuro.
“El veredicto eleva los derechos de los animales al nivel de la constitución, la máxima ley de Ecuador”, dice el abogado ambientalista ecuatoriano Hugo Echeverría. Este veredicto es importante porque significa que, en el futuro, el mismo enfoque se puede aplicar en otros casos que involucren animales salvajes
El futuro será con derechos para los animales gracias a Estrellita
Ecuador aprobó la ley que protege a los animales salvajes del comercio de mascotas en 2017. Un comercio cruel en el que los animales sufren durante la captura, el transporte y, más tarde, el cautiverio prolongado. También es perjudicial para el medio ambiente y las poblaciones de animales salvajes.
Antes de conocer la muerte de Estrellita, Ana Beatriz, su cuidadora, interpuso el mecanismo legal ‘Hábeas Corpus’. Este recurso se encarga de determinar si la detención de un individuo ha sido legal o ilegal. Ana pidió que le devolvieran a Estrellita y que el tribunal declarara que se habían violado sus derechos.
La causa que dió lugar a dicho pronunciamiento se presentó para proteger los derechos del animal que llevaba 18 años conviviendo junto a seres humanos, hasta el día de la retención realizada por el Ministerio del Ambiente. Claramente Estrellita en su nuevo hogar (el zoológico) se encontraba sufriendo y corría riesgo su vida, por tal razón se planteó el recurso ‘Hábeas Corpus’ con el objeto de liberarla para que retorne a la que siempre había sido su casa. La muerte de Estrellita no fué comunicada a su cuidadora Ana, ni a sus abogadas que descubrieron que había fallecido cuatro meses después de interponer el recurso.
En el caso de Estrellita, el tribunal dictaminó por primera vez que los animales salvajes tienen derechos y los derechos de Estrellita habían sido violados (tanto cuando fue cazada furtivamente en la naturaleza como cuando fue forzada y transportada al zoológico). “Los animales son sujetos de derechos, protegidos por los derechos de la naturaleza” declaró la corte.
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