Hoy se ha aprobado un Real Decreto que obligará a los mataderos a incorporar cámaras independientemente de su tamaño. Hasta ahora esta medida era voluntaria, pero Rafael Escudero, secretario general de Consumo, ha asegurado que “los sistemas de videovigilancia son una demanda de las personas consumidoras, que quieren tener certeza de que el producto ha sido sacrificado según unos estándares de bienestar animal”.
España se convierte con esta norma en el primer país de la Unión Europea que obliga a los mataderos a dejar constancia de la descarga, traslado, estabulación y aturdimiento de los animales. Las imágenes deberán guardarse durante 30 días y se permitirá su revisión en caso de ser solicitadas. Sólo tres países han aplicado antes leyes similares: Reino Unido en primer lugar, seguido por Israel y Escocia
A pesar de que ya existían controles realizados por veterinarios, de este modo se garantiza una mayor certeza del trato que reciben los animales destinados a consumo. Como mínimo, las cámaras “deberán abarcar las instalaciones en las que se encuentran los animales vivos, incluyendo las zonas de descarga, los pasillos de conducción y las zonas donde se proceda al aturdimiento y sangrado”, ha informado el ministerio dirigido por Alberto Garzón.
En el caso de aves y cerdos, las cámaras también deberán estar presentes donde se realiza el escaldado, para asegurar que ningún animal con signos de vida sea sometido a este proceso. Según datos del Plan Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria (PNCOCA), en 2020 los incumplimientos en los controles de bienestar aumentaron un 24%. El 64% de estas infracciones está relacionado con el manejo inadecuado de los animales durante la descarga, el traslado o la estabulación, y con condiciones inadecuadas durante el aturdimiento y sangrado, así como con la falta de formación de los operarios.
Los sistemas de videovigilancia no serán obligatorios en las zonas donde se inicia la descarga, pero las empresas sí deberán controlar el tiempo que permanecen los animales en los camiones antes de su estabulación. Este logro ha sido fruto de la demanda e investigaciones durante años de organizaciones animalistas como ANDA y, más recientemente, Equalia, que han ubicado cámaras ocultas en mataderos de España para sacar a la luz el maltrato que sufren muchos animales en sus últimas horas de vida.
Los mataderos dispondrán de entre 12 y 24 meses para acatar la medida, dependiendo de su tamaño. Los pequeños, aquellos que no superan los 2.000 animales sacrificados anualmente, tendrán dos años para instalar las cámaras, mientras que los más grandes tendrán que cumplirlo en un año como máximo.
Guillermo Moreno, director de Equalia, ha celebrado el avance, aunque considera que es sólo un primer paso, y que “debería existir un órgano de inspección independiente del matadero que revise las imágenes y no dejar ese trabajo en manos de los titulares de las instalaciones”:
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